SYMBOLOS
Revista internacional de
Arte - Cultura - Gnosis
 

CELEBRANDO LA MEMORIA DE NUESTRO DIRECTOR Y FUNDADOR: FEDERICO GONZALEZ (1933-2014)
 
MEDITACIONES RECORDANDO A FEDERICO
MARGHERITA MANGINI

“¿Qué mayor vínculo puede tener uno sino con lo que dice y esto con lo que piensa?”

Federico nos ha legado la Palabra, oral y escrita. Todo nos lo ha enseñado a través de su obra y eso es más de lo que uno imaginaba al acercarse a esta enseñanza, mucho más. Si ahora sé que las miserias de este mundo no son más que proyecciones y que hay algo más grande a que aspirar, a él se lo debo. Y me pregunto: “¿Qué haría sin aquello que marcó mi futuro sin quererlo?”

A través de sus textos y de su palabra, que en verdad no es suya por ser universal pero él le ha puesto voz, hace posible la transmisión, la regeneración, la autogeneración, posibilidad que, aún en estos tiempos tan oscuros y en nuestras almas caídas, es real. Nos ha dejado un legado precioso y ahora tenemos un tesoro a nuestro alcance: la posibilidad de descubrir cómo son las cosas en verdad, de asombrarnos como niños, de vivir verdaderamente la vida, de saber qué es la vida, y también la muerte. Y todo esto él nos lo ha enseñado y nos lo enseña porque sus palabras sabias brotan como “Una corriente de agua fresca que emana de la Palabra” desde la Fuente Original cada vez que abrimos uno de sus libros; y no solo los escritos por él, pues él nos ha mostrado el camino subterráneo pero resplandeciente de la Tradición, perpetuada por los integrantes de la Cadena Aurea de la que es parte.

Este hilo de oro, este legado, está en aquellos que lo recibieron en su corazón, por lo que vive por medio de ellos. A través de Federico se ha sembrado un germen en nuestros corazones, germen que ahora brota y fructifica generosamente de maneras muy distintas: cada uno con su voz pero todas juntas en un mismo coro, encaminadas armónicamente hacia el Silencio.

Es una fortuna inmensa poder trabajar con su obra, tan versátil como la tradición en la que está inscrita. Para nada rígida, abriendo brechas allí donde hay oídos que escuchan. Solo el fuego encendido en el corazón de cada uno es necesario y suficiente.

Es gracias a Federico y su palabra que como flecha certera se ha clavado en nuestros corazones, que sabemos que no hay excusas: no vale decir no sé, que lo hagan los que saben. Hay que hacerlo uno en uno mismo porque lo que interesa es “la esencia, la encarnación”.

“Al comprender lo que se dice por intuición intelectual lo hacéis vosotros en sí. Pero eso siempre estaba allí, un poco agazapado como esta tarde incierta y teatral. Y también nuestra insolencia pues hemos dicho 'tomo tu Palabra' y de este modo se lo ha nombrado ya que la gracia de las Musas se ha hecho presente en ti.”

O sea que este camino-discurso no es externo, no se nos ha impuesto desde afuera con unas formas preestablecidas que constriñen y ahogan el alma del buscador. Este camino es libre. Pero entonces, ¿cómo seguir este hilo? “Explícame hoy como hago porque estoy segura de que hoy es siempre y no habrá ningún hoy ni ningún siempre sin este momento que ya fue”.

En la entrada “Fijar lo volátil” del Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos Federico nos dice que para “lograr el orden que pretende –cualquiera que este sea– (el adepto) no debe confiar en su voluntad humana para conseguirlo, sino abandonarse a la Voluntad divina. Esto no es lo que ha estado haciendo sino lo inverso, aunque él no lo crea y en su necedad trate de demostrar lo contrario.”

De él también aprendemos que, no pudiendo añadir un codo a la propia estatura, el trabajo se realiza con lo que se tiene en el momento presente, si no ¿cuándo?

“Ahora es el momento, siempre”. 

En definitiva, nos enseña a trabajar para vivir verdaderamente, nada menos.

Federico es un Escriba, “en diálogo con su propio corazón, hace vivir las cosas, las crea”. Pero leo en la entrada de su diccionario que el escriba también se puede comparar a un alfarero que enseña a mentir al barro.

“¿Será verdad? Solo el Misterio nos ilumina.”

“El Misterio es lo único absoluto.”

Y si todo es mentira, ilusión y “no existen las palabras feas, ni las bonitas”, ¿qué necesidad hay de la palabra?

“¿No estaremos aún a tiempo de callar?”. ”Qué nos impele a este impulso constructor, a este hacer con o sin sentido?” Pero hay que reparar en el hecho de que la red puede ser salvadora.

Acerca de la palabra se nos dice:

“Por ser mágica no se puede saber si obra por sí misma o por la boca de quien la pronuncia (individualidad).

En todo caso siempre tiene que haber una estricta relación entre el Verbo y quien la pronuncia, incluso en las circunstancias en que ésta ha sido pronunciada.

La palabra es inmortal, está siempre viva y por ello es que perpetuamente es actuante. Si se comprende, es curativa, porque nos lleva de continuo a la resurrección.”

Por eso Federico se ha hecho Palabra, y por eso nosotros, en la medida en que podamos, agradecemos una y otra vez este regalo sumándonos a esta “corriente de agua fresca”, que de modo paradójico va contracorriente, y recordamos, no olvidamos, el mensaje que se nos ha transmitido ni tampoco a su emisario.

Sí, Federico nos ha legado la Palabra, y también el Silencio del que ella emana porque “compartir esta lengua es sumirnos en el Silencio.”

(Las citas están tomadas de Rapsodia, En el Útero del Cosmos y el Diccionario de Símbolos y Temas Misteriosos, todos de Federico González Frías).


Posdata de un actor


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