SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 
METALENGUAJE, CONOCIMIENTO Y AMOR
JOSE IGNACIO CARMONA SÁNCHEZ *

Muchos autores han denominado como "excéntricos" los métodos1 de exégesis empleados por San Juan de la Cruz para leer la Biblia. La escatología escrituraria expresada entre otras obras en la Noche Oscura adaptaba a la cultura dominante cristiana elementos propios de las comunidades conversas como la "cábala".

La cualidad esencial (y estética) de este lenguaje radica en que el sendero hacia lo absoluto puede ser descrito mediante recursos poéticos. No hablamos de metafísica, hablamos de "metalenguaje".2 El lenguaje es quien viene a reconfigurar cuales son los nuevos ámbitos que afectan la relación Hombre-Dios, convirtiendo a la palabra3 en aparato de acción y procedimiento de análisis simbólico que deviene en una suerte de correspondencias, transliteraciones y mutaciones. El signo y el número correspondiente son intercambiables, ambos, agentes de armonía subordinados a un gran principio de Analogía. En otras palabras: Detrás de los signos escritos subyace la abstracción de los símbolos matemáticos como imagen última de un ciclo de operaciones abstractas.

El lenguaje humano viene a constituir, tal como nos dice el Zohar, una de las más íntimas conexiones del hombre con el origen. Así la Cábala por ejemplo nos instruye en cómo la idea del Templo de Dios se prefigura una y otra vez en el órgano humano del habla.

"G.H. Box: mientras los tres elementos primarios constituyen la materia de las cosas, las 22 letras del alfabeto hebreo constituyen su forma".

Alrededor del verbo y sus ritmos de generación brota una Aritmología Hermética con espíritu de síntesis. La Torah cumple para el místico judío una función instrumental. No está escrito como dice El Zohar "yo he hecho", sino "estoy haciendo", lo que significa creación continua a partir de las ideas nuevas descubiertas en la Torah.

Las interpretaciones exegéticas de los primeros capítulos del Génesis distinguen entre el Dios Supremo y el Creador (Demiurgo). En este contexto ni la muerte ni la resurrección de Jesús afectan directamente a su función salvífica. Dicho de otro modo: la salvación procede del interior del hombre:

"No es sólo la inmersión bautismal lo que salva, sino el CONOCIMIENTO: quiénes éramos, qué hemos devenido; dónde estábamos, dónde hemos sido arrojados; hacia dónde nos apresuramos, de dónde somos redimidos; qué es la generación, qué la regeneración" (Clemente de Alejandría, Exc Theod. 78)

El término "Mystikos", en origen un adverbio, evoluciona en su acepción consolidándose en el siglo XVII como un sustantivo. Describe a aquel que vive la experiencia del misterio alcanzando campos más profundos de comprensión a los que puede aspirar la inteligencia. Esencialmente el lenguaje del místico es un lenguaje fundamentado en el Amor. Más propiamente la mística es una experiencia de transformación conmocionada por el Amor.

Caín en este sentido representa tanto la separación de la unidad primigenia como Tubal-Caín refleja el retorno del germen creador al dominio intradivino. Dios fluye sin cesar desnudo de toda forma en la transferencia de conciencia que supone el paso del "ego" al "sí mismo". El sí mismo es la impronta divina (Le salió el sol –Tiferet) que irriga de sentido los órganos necrosados por nuestra incapacidad para entender el significado último de la vida.

Conceptos como "Tiempo" y "Mundo" pierden su significado para quien ha cortado sus ligamentos con la pasión egoica. Solo emancipando el espíritu, o lo que es lo mismo, descubriendo dentro de nosotros El Hombre Primordial, podremos descubrir que flor y raíz son solo dos aspectos complementarios de una misma cosa. Dios es más que la suma de sus atributos así como lo fenoménico está más allá de la suma de las Causas.

Nos enfrentamos a un movimiento de "acreación" que culmina con la realización de la triada Dios en Hombre. La razón última que permea todos los puntos de este proceso radica en la idea de que el árbol está prefigurado en su semilla. Así pues la formulación del pensamiento creador nos instruye en que hombre y Dios son dos modelos intercambiables anteriores a la Creación que entrecruzan su deseo de encontrarse en el último grado de abstracción posible, el Amor.

El Amor lo simplifica todo. El amor entendido como "discriminación" y acción. El amor ayuda a deshacer el nudo que ata nuestra alma al misterio de la condición humana. La aproximación a una idea de Dios no se puede hacer desde facultades intelectivas o imaginativas, es decir, no podemos pretender conocer el misterio al estar imbricados en él. Despertar a nuestra naturaleza divina pasa por descubrir el verdadero "yo" sin recurrir a los mecanismos habituales de evasión. Ser uno mismo es estar en posesión de "sí mismo". Nuestra experiencia del mundo está condicionada por nuestro modo de conocer, y por tanto el mundo se conforma a nuestra subjetividad.

La evolución culmina cuando la "Conciencia del Sí" (la Forma) se reencuentra con el "Yo Trascendente" (la Fuerza creativa), es entonces cuando el sujeto deviene en objeto (Beresit, en el principio…).

Tal es el secreto del "yo soy yod", la Voluntad de dar forma en sí mismo a través de la discriminación (Shibbolehts4) a una gran Vasija que posibilite la Recepción de la Luz. El Conocimiento solo nos aporta información, es la Sabiduría quien nos Transforma.

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NOTAS
* Sobre José Ignacio Carmona, investigador, ver aquí: "La Construcción del Hombre. En torno a una interpretación simbólica del Templo de Salomón".
1

Algunos autores proponen que el camino hacia la perfección profética y el fin de la vida eremítica parte de un comentario alegórico a las narraciones bíblicas sobre el profeta Elías de los libros de los Reyes. La exégesis monástica medieval concede más importancia al Antiguo que al Nuevo Testamento.

Los comentarios escolásticos derivados de la "quaestio" y "disputatio" iban dirigidos a instruir al lector mediante el análisis de la doctrina cristiana, mientras que los comentarios monásticos que proceden de la "meditatio" y la "contemplatio" eran de carácter más íntimo y no iban dirigidos a la Iglesia universal sino a personas con vocación contemplativa.

2 Acaso por ello este sea no solo el lenguaje de los místicos o de los exegetas, sino del nuevo "Corpus científico".
3

Es la llamada Hekau egipcia o palabra de libre tránsito, el paradigma de todo iniciado expresado por Isis "Señora de las palabras mágicas" que llegada la Hélade se transforma en Deméter-Ceres, Diosa de la fecundidad y de la muerte, alma mater de los misterios de Eleusis y de las iniciaciones

Silencio, secreto y juramento velan para no revelar el verdadero rango de la palabra.

4 En hebreo la palabra "Shibbolehts" se traduce tanto como "torrente" como por "espiga". En el libro de los Jueces se nos cuenta cómo la tribu de los Galaaditas para identificar y eliminar a los supervivientes de la tribu de Efraim, les obligaban a pronunciar esta palabra, usando el fonema "Sh" que no formaba parte de la lengua de Efraim. De lo que estamos hablando es de discriminación.
© Revista Symbolos 2012