SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis

MEDALLONES DE DAMAS HERMETICAS:
I
El Mito de la primera mujer alquimista. María la Hebrea (y 3)
MIREIA VALLS

 
Obra al Rojo

"Sois afortunada María, porque el divino secreto oculto, siempre alabado, os ha sido revelado."

Anónimo.
Conversación del rey Calid y el Filósofo
Morien
sobre el Magisterio de Hermes.

"Tercer nivel: distribuir y devolver. La cocción ya ha sido preparada y han nacido el arco iris y la estrella"

Federico González. Noche de Brujas.

Con la realización del estado de Hombre Verdadero, se emprende el viaje vertical por las sublimes esferas del Alma superior.

"Aquí, habiendo prosternado Aros el rostro contra la tierra, María le dijo: –Levantaos Aros. Aún voy a abreviaros la Obra"48.

Llegados al centro del estado humano, y abierta totalmente la mirada interior, o el ojo del corazón, se produce el enderezamiento definitivo, el paso de la horizontal a la vertical, o de la orientación solar a la polar, posibilitándose la universalización del ser y la fusión final con la luz increada del Principio.

"Tomad el Cuerpo claro cogido sobre las pequeñas Montañas, que no se hace por la putrefacción sino por el solo movimiento. Triturad este cuerpo con la Goma Elzaroh y los dos humos. Pues la Goma Elzaroh es el cuerpo que agarra, que coge el Espíritu. Moled el todo, acercadlo al fuego, todo se fundirá, y si hacéis proyección de ello sobre su Mujer, el todo vendrá como Agua que se destila, y se congelará en el Aire, y no será más que un Cuerpo"49.

Y la Tabla de Esmeralda agrega:

"De este modo poseerás la gloria del mundo entero y toda oscuridad se alejará de ti. Este es el poder de todo poder, pues vence todo lo que es sutil y penetra todo lo que es sólido."

Y María continúa:

"Que si lo proyectáis sobre los cuerpos imperfectos, veréis maravillas. Pues ahí está el secreto escondido de la Ciencia. Sabed que los dos humos de los que acabo de hablar son las raíces de este Arte; y son el Kibric blanco y la Cal húmeda, a los que los Filósofos han dado toda clase de nombres. Pero el Cuerpo fijo viene del corazón de Saturno, que comprende la Tintura, y que acaba la Obra de la Sabiduría"50.

Sacrificada la conciencia de lo propiamente humano, trascendida la prisión de la forma, de la mente racional y de los límites impuestos por el tiempo y del espacio, se nace a la posibilidad de concebir otras realidades más interiores y elevadas, universales, una "región" poblada de energías informales, llámeseles seres invisibles, o dioses y diosas que viven gestas titánicas en un no-tiempo o tiempo mítico que no transcurre y es siempre ahora, donde todo resulta mucho más tenue pero real, etéreo pero auténtico; el mundo de las ideas que se sintetizan en la Clemencia o Misericordia –energía expansiva, generadora, fecunda, creadora, benéfica, luminosa y activa–, el Rigor –de carácter contractivo, restrictivo, riguroso, pasivo oscuro y negativo– y la corriente que las conjuga, el Esplendor o la Belleza, energía neutra y armonizadora. Recurrimos a los textos sagrados revelados para insinuar este ámbito del Ser, pues su lenguaje poético es el más idóneo para evocar lo poco que en palabras puede de él ser expresado:

"Ordena a tu alma irse a la India, y he aquí que, más veloz que tu orden, allí estará. Ordénale cruzar enseguida el océano, y he ahí, que de nuevo, allí estará inmediatamente, no por haber viajado de un lugar a otro, sino como si ya se encontrase allí. Ordénale incluso que se remonte al cielo, no tendrá necesidad de alas: nada puede obstaculizarla, ni el fuego del sol, ni el éter, ni la revolución del cielo, ni los cuerpos de los demás astros, sino que ascenderá en su vuelo a través de todos los espacios hasta el último cuerpo. Y si todavía quisieras perforar la bóveda del universo mismo y contemplar lo que hay más allá (si es que existe algo más allá del cosmos), puedes. ¡Ve qué potencia, qué rapidez posees! ¿Y si, tú, puedes todo eso, no lo podrá Dios? Es pues de esta manera que debes concebir a Dios: todo lo que es lo contiene en él mismo como pensamientos, el cosmos, él mismo, el Todo. Luego si no te vuelves igual a Dios, no puedes comprender a Dios: pues lo semejante no es inteligible más que a lo semejante. Crece hasta corresponder al tamaño sin medida, mediante un salto que te libere de todo cuerpo; elévate por encima de todo tiempo, conviértete en Eón: entonces comprenderás a Dios. Habiendo puesto en tu pensamiento que no hay nada imposible para ti, considérate inmortal y capaz de comprenderlo todo, toda arte, toda ciencia, el carácter de todo ser viviente. Asciende más alto que toda altura, desciende más bajo que toda profundidad. Reúne en ti mismo las sensaciones de todo lo creado, del fuego y del agua, de lo seco y de lo húmedo, considerando que estás a la vez en todas partes, sobre la tierra, en el mar, en el cielo, imagina que aún no has nacido, que estás en el vientre materno, que eres adolescente, viejo, que estás muerto, que estás más allá de la muerte. Si abarcas con el pensamiento todas estas cosas a la vez, tiempos, lugares, substancias, cualidades, cantidades, puedes comprender a Dios"51.

Esto ya no es cometido de hombre, y apenas sería necesario repetir que no es con las facultades sensoriales o mentales que se puede experimentar dicho Conocimiento, sino en tanto que en la interioridad del ser humano se alberga la esencia supraindividual y eterna, el Espíritu único del universo, inmanente en toda su creación y simultáneamente trascendente, y el verdadero y único artífice de la Gnosis. Quien haya experimentado la certeza de esta realidad, nada teme ya, ni encuentra ningún obstáculo para saltar hacia estos cielos más interiores y cercanos al Origen; sabemos que el único que podría continuar aferrándose a lo ilusorio es el yo pequeño, que por miedo o soberbia seguiría autocomplaciéndose en su insignificancia; pero el alquimista ya no le otorga ningún crédito, sino que decididamente va plus ultra. Por eso dice también el Poimandrés:

"Pero si mantienes tu alma aprisionada en el cuerpo, si la rebajas y vas diciendo: 'Yo no concibo nada, no puedo nada; tengo miedo del mar; no puedo subir al cielo; no sé lo que era, ni sé lo que seré', ¿Qué vas a hacer con Dios? Porque no puedes entender con el pensamiento ninguna de las cosas bellas y buenas, en tanto te apegas a tu cuerpo malamente. El vicio supremo en efecto, es no conocer lo divino. Por el contrario, ser capaz de Conocer, y haber tenido la voluntad y la firme esperanza, es la vía directa que conduce al Bien, y una vía fácil. A lo largo de tu caminar, él vendrá por todas partes a tu encuentro, en todas partes se ofrecerá a tu vista, incluso en el lugar y a la hora en que tú no lo esperas, veles o reposes, navegues o camines, de noche y de día, hables o te calles, pues nada existe que él no sea"52.

Lo que se vivifica es de una proporción mucho más grande que lo conocido hasta el momento, supera todo lo que pudiera ser imaginado, trasciende cualquier elucubración, es de otro orden. Urge vaciar de nuevo la copa en este cielo interior (Mundo que la Cábala conoce como el de la Creación) para que el Intelecto o Pensamiento divino lo ilumine y colme con sus bienes; se asiste a la transformación, que como dice la palabra va más allá de la forma y es la plenitud de las posibilidades de la creación aprehendidas como un todo que es uno.

"En este sentido Morien dice: 'Cuando el cuerpo blanco esté calcinado, pon en su interior la cuarta parte del fermento de oro'; pues el fermento, a saber, el oro, es como la levadura del pan, que convierte a su propia naturaleza toda la masa de la pasta. Cuécela pues en su propia agua hasta que sea hecho una cosa y un cuerpo seco. Pues, como dice María: 'Cuando el aire le toque y le golpee, será congelado, y será hecho un cuerpo'; aquí reside el secreto"53.

Son éstos los estados del Alma superior, mas despojados de cualquier cosa de la que pudiera decirse que es algo; un ámbito que se vive en el eterno presente. Las indefinidas posibilidades de manifestación del siempre Uno se multiplican en este plano de la Creación cual ideas que se expanden y se contraen, se generan y limitan, se atraen y repelen, inspiran y expiran, como si de las dos fases indisociables de una única respiración cósmica se tratara.

"Pero notad que el fermento es el agua fija que tiñe y colorea la piedra, la vivifica, la abraza y la retiene. Por ello dice María: 'El cuerpo fijo es de la materia de Saturno, comprendiendo la digestión y separación de tinturas y colores, y sin este cuerpo fijo nuestro secreto no muestra ningún efecto, hasta que el Sol y la Luna se conjuntan en un solo cuerpo'"54.

La Cosmización culmina con las Nupcias de las dos Luminarias, del Sol y la Luna, arquetipos de lo masculino y lo femenino respectivamente, cuya hierogamia es símbolo de la resolución final de toda dualidad –por más elevada y sutil que sea– en su unidad esencial, tal como refleja también este nuevo texto de María:

"Si dos no pueden convertirse en uno, es decir, si los (materiales) volátiles no se combinan con los materiales fijos, nada estaría en el lugar que esperemos que esté. Si una cosa no blanquea, y si dos no se convierten en tres con el azufre blanco que blanquea (nada estaría en el lugar que esperamos que esté). Pero cuando una cosa se pone amarilla, tres se convierte en cuatro, por uno que se pone amarillo con el azufre amarillo. Finalmente, cuando se realiza la iosis (se pone el cuerpo azul o de color violeta), todo se convierte en una unidad"55.

El mito bíblico refleja también la posibilidad de trascender toda dualidad cósmica a través de la simbólica de la muerte de los tres hermanos y la simultánea resurrección al ámbito de lo supracósmico. En el camino, ya muy próximos a la Tierra Prometida, muere María en Cadés, al lado de una roca, y es enterrada antes de llegar a Canaán.

"Los Israelitas, toda la comunidad, llegaron al desierto de Sin el mes primero, y se quedó todo el pueblo en Cadés. Allí murió María y allí la enterraron. No había agua para la comunidad, por lo que se amotinaron contra Moisés y contra Aarón"56.

La muerte es aquí el símbolo del último desprendimiento, y aún así el pueblo vuelve de nuevo a rebelarse y se queja de haber dejado atrás la seguridad de Egipto: hasta el último instante acecha el peligro de aferrarse a "algo", pero la atracción del Principio vence toda resistencia. Agarrarse es limitarse y creer que hay "otro" que "uno", cuando en realidad, lo que se adquiere con la plena efectivización de la Iniciación es la posibilidad de conquistar la Inmortalidad y la conciencia de Unidad. Entonces,

"tomó Moisés la vara de la presencia de YHVH como se lo había mandado. Convocaron Moisés y Aarón la asamblea ante la peña y él les dijo: 'Escuchadme rebeldes ¿Haremos brotar de esta peña agua para vosotros?' Y Moisés alzó la mano y golpeó la peña con su vara dos veces. El agua brotó en abundancia, y bebió la comunidad y el ganado"57.

Saciado del Agua de la Vida, por el caudal imperecedero de la Sabiduría, y aligerado de toda carga, el pueblo, el adepto, el Ser, completa su viaje, su realización integral.

Un tramo más adelante muere Aarón en la cima de un montículo.

"Moisés hizo como le había mandado YHVH. Subieron a Hor de la Montaña a la vista de toda la comunidad. Quitó Moisés a Aarón sus vestiduras y se las puso a su hijo Eleazar. Y murió allí Aarón, en la cumbre del monte"58.

Cae el último velo, el que separa-une la Creación con su Principio.

Tras cuarenta años de errancia por el desierto y habiendo consumado todos los matrimonios del Alma, muere Moisés en Moab, sin poder acceder a Canaán, pero oteándolo a lo lejos. Las dos energías complementarias equilibradas en su centro (la muerte a la dualidad simbolizada por la defunción de sus hermanos) pueden ser traspasadas.

"Moisés subió de las Estepas de Moab al monte Nebo, cumbre del Pigsá, frente a Jericó y YHVH le mostró la tierra entera. (…) 'Te dejo verla con tus ojos, pero no pasarás a ella'. (…) Allí murió Moisés, servidor de YHVH, en el país de Moab, como había dispuesto YHVH. Le enterró en el Valle, en el país de Moab, frente a Bet Peor. Nadie hasta hoy ha conocido su tumba"59.

Se recorrieron y vivificaron en toda su amplitud, profundidad y altura todas las energías cósmicas simbolizadas por las 7 sefiroth, lo que es análogo a decir que se completó la cosmización o deificación, y reunido todo lo aparentemente disperso en el Uno, la Tierra Prometida (que es un estado de la conciencia) queda sólo a un paso; más darlo es realizar el último sacrificio: el del Cosmos. Luego –aunque no es luego pues todo tiempo ha sido abolido y reabsorbido en la Eternidad– un salto al vacío, y la tan anhelada fusión con el Ser en sí mismo (Mundo o plano de Atsiluth o de las Emanaciones), expresión del ámbito supracósmico de la Metafísica, la Suprema Identidad, el Elixir de Inmortalidad y el Silencio de lo que No es.

El Vaso de Hermes

"Muy sabio anciano, hace ya tiempo que busco el Magisterio de Hermes. He preguntado a muchos acerca de él, pero todavía no he encontrado a nadie que haya podido decirme la verdad. Por eso, después de haberte marchado de mi país sin que yo lo supiera, y después de leer las palabras que habías escrito en el vaso del Magisterio que conseguiste hacer, palabras que decían : Quienes tienen en sí mismos cuanto necesitan, no necesitan auxilio de nadie, y después de entender qué significan estas palabras, di muerte a todos aquellos que, durante años, me habían rodeado para trabajar en esta Obra porque falsamente se envanecían de saberla hacer."

Anónimo. Conversación del Rey Calid y del Filósofo Morien
sobre el Magisterio de Hermes
.

Dicen unánimemente los adeptos y operantes del Arte que el Vaso es el más grande secreto de la Obra alquímica, y tras esta afirmación no se esconde ninguna especie de ocultismo, secretismo o recelo ante un pretendido poder pequeño y particular. María también lo atestigua:

"Todos los Filósofos han hablado bastante de todo lo que hay que hacer para la Obra, salvo del Vaso de Hermes; porque es una cosa divina y Dios quiere que sea desconocida a los Gentiles o a los Idólatras; siendo este Vaso de una tan gran necesidad para la Obra que quienes no lo conocen nunca sabrán el verdadero régimen"60.

Ninguna de las altas enseñanzas doctrinales de la Alquimia será cabalmente comprendida mientras el ser humano continúe encasillado y retenido en la preprogramación impresa por nuestra sociedad desacralizada; pero si por un toque sutil del dios Hermes, o por un rotundo garrotazo, o como dice María

"No por mí sino por la gracia de Dios Todopoderoso",

el hombre despierta a la unidad del Cosmos así como a la no dualidad entre éste y su Principio, todo deviene de pronto mucho más simple, verdadero, y se presiente que el secreto del Vaso lo es por su propia naturaleza, ya que no consiste sino en el misterio del Ser Universal visto como el supremo receptáculo sagrado.

En el origen atemporal que es coetáneo al instante siempre presente se signa el mayor Sacrificio, el del Infinito o de la Nada metafísica que por un gesto enteramente misterioso y como saliendo aparentemente de su mismidad, concibe, gesta y alumbra al Ser, vertiendo en su concavidad indefinidas posibilidades, y haciendo de él como el latido del No Ser, o su respiración, el cuenco que acoge el soplo, o la sangre, que al circular y ponerse en movimiento por todos los senderos de este gran organismo da vida a la sinfonía universal. Y acaso también pudiera decirse que el Ser es el símbolo de la faz "visible" de la absolutamente inmanifestada y oculta Realidad metafísica del No Ser.

Los sabios de todo tiempo y lugar han penetrado y se han fusionado con estas altas realidades espirituales, por ello Morien dice:

"Pero sobre todas las cosas debéis saber, ¡Oh, buen Rey!, que este Magisterio es el secreto de los secretos del Dios grandísimo, y que Él es quien ha confiado y encomendado este Secreto a sus Profetas, cuyas almas ha puesto en el Paraíso; también debéis saber que, si los sabios que vinieron después de ellos no hubiesen comprendido lo que dijeron acerca de la grandeza del vaso donde se hace el Magisterio, jamás habrían podido hacer la Obra"61.

María, llamada también la Profetisa, nos ha repetido incansablemente a lo largo de todo este periplo que conoce internamente el dictado del compás divino y el Principio inmutable que traza el círculo del Mundo, porque ella misma, arquetipo de la Mujer o de lo Femenino, se ha hecho copa vacía receptora de los efluvios celestes emanados del Uno sin segundo. María es el ánima, el puente, la escala y también, según la simbólica alquímica de los cuatro elementos, el agua y el aire entre la tierra y el fuego, y la esencia que los sintetiza, el éter en el corazón, la quintaesencia hermética, simbolizada por esa planta de cinco flores que germina en la cima de la montaña entre los humos recogidos por dos copas, una invertida respecto de la otra. En este grabado tan simple en apariencia atribuido a la maestra, se esconde la más alta enseñanza que pudiera ser transmitida, pues veladamente proclama que:

"Hay un quinto elemento que es el éter, al que se suele simbolizar en el centro de una rueda de la cual irradian los otros cuatro principios, y alrededor del cual giran. Es pues su origen al que constantemente retornan y la oculta raíz de todo, un 'motor inmóvil' más relacionado con el No Ser que con el Ser, emparentado con Ain y con En Soph: con lo auténticamente metafísico, lo invisible, lo inexpresable, lo verdaderamente desconocido, lo que está por encima de la corona, que todavía apoya sobre la cabeza, emblema del cuerpo mineral"62.

En los "Sellos de los Filósofos" la divisa de María proclama:

"Un humo abarca otro humo y la hierba de la montaña absorbe los dos".

Por eso también en su tratado, a la pregunta de Aros:

"Pero os ruego que me digáis qué es lo qué es el Vaso, sin el cual la Obra no puede hacerse",

ella responde:

"Este Vaso es el Vaso de Hermes, que los Filósofos han escondido y que los ignorantes no sabrían comprender, pues es la medida del fuego Filosófico"63.

Este fuego está directamente vinculado con la labor secreta del Espíritu que se alberga en el Centro del Mundo análogo al corazón del hombre y al Vaso de Hermes, la deidad receptora y emisaria del mensaje perenne. Espíritu, además, que es la verdadera Identidad de Todo, y que siendo absolutamente misterioso e insondable es, paradójicamente, lo único con lo que uno aspira a fusionarse.

"¿Qué necesidad hay de tanto discurso, oh, Rey? De vos se extrae esta cosa, vos sois la mina, pues se encuentra en vuestra casa, y para confesaros sinceramente la verdad, se toma y se recibe de vos. Y cuando la habréis probado, aumentará en vos el amor que sentís por ella. Tened la seguridad de que cuanto os digo es verdadero e indudable"64.

*

"Se trata de una Ciencia admirable que desata y libera a quien la posee de la miseria de este mundo, de forma que lo conduce y eleva hasta el conocimiento de los bienes de la vida eterna."

Anónimo.
Conversación del Rey Calid y del Filósofo Morien
sobre el Magisterio de Hermes.

 

Maria la Profeta
El Pequeño Jardín de Rosas de María la Profeta y el Rey Aros traducido al alemán por Fr. Basilio Valentino. 1768

Cristina de Pizán. El Camino del Largo Estudio 
II
Una estrella en Alejandría. Hypatia (370-415 d. J. C.).

NOTAS
48 María la judía. Diálogo de María y Aros, op. cit., pág. 33.
49 Op. cit. pág. 33.
50 Op. cit. pág. 35.
51 Hermes Trismegisto. Poimandrés, cap. XI, 19-20.
52 Ibid. cap. XI, 21.
53 N. Flamel. El deseo deseado. Op. cit., pág. 23.
54 Op. cit. pág. 28-29.
55 Cita extraída del siguiente libro: Nuria Solsona. Mujeres científicas de todos los tiempos. Talasa ediciones. Madrid, 1997, pág. 37.
56 Números 20, 1-3.
57 Números 20, 9-11.
58 Números 20, 27.
59 Deuteronomio 34, 1-7.
60 María la judía. Diálogo de María y Aros, op. cit., pág. 39
61 Anónimo. Conversación del Rey Calid, op. cit.7, pág. 57
62 Federico González y colaboradores. Revista SYMBOLOS N 25-26, op. cit., pág. 378.
63 María la judía. Diálogo de María y Aros, op. cit., pág. 37.
64 Anónimo. Conversación del Rey Calid, op. cit., pág. 54.

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