SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 

EN EL VIENTRE DE LA BALLENA, TEXTOS ALQUIMICOS

"Los herederos de los bardos nos hemos declarado en huelga, se proclama la rebelión de los poetas, un tono gremial empapa esta página. La urgencia de actuar inmediatamente, con velocidad fugaz, en minúsculos toques de atención para que la humanidad despierte. La imperiosa necesidad de un metalenguaje que genere otros códigos, para que el poeta pueda cumplir tan noble como antiguo oficio. ¡Devuélvase al bardo el don de la profecía! ¡Que se sepa que somos un honorable personal jerarquizado y que nuestros antecedentes son sagrados! Venimos de la casta de Homero, de Virgilio, de Dante, de la de los trovadores de todos los pueblos. Señores, formemos una corporación parlante, una estructura audible. Una organización sonora que sea como un templo, como una caja de resonancia, para que la inspiración pueda recibirse y la Música y la Poesía se expandan por el mundo entero."

Ira al libro En el Vientre de la Ballena, Textos Alquímicos En el Vientre de la Ballena, XII.

Bellísimo e inspirado texto, este libro de Federico González, en el que la musicalidad del lenguaje y el símbolo se engarzan creando una unión indivisible entre ambos. Para el lector no pasará desapercibida la singular expresividad de estos "cantos sagrados", que van desde lo cotidiano hasta lo sublime, con una curiosa cadencia que diríase ritma con nuestro interior más sutil y lo equilibra, lo que nos sitúa como en otro espacio-tiempo, generando una suerte de sosiego anímico con el que es más fácil comprender y aunar toda la Belleza de la Manifestación Universal que aquí se revela armoniosamente.

Pequeñas porciones de texto forman un conjunto o circuito cerrado sin principio ni fin, que reproduce el sentido de la vida de una persona que viaja de la realidad ordinaria a lo esencial de la existencia gracias al vehículo mediador de la Sabiduría, que le ubica en una posición central y privilegiada desde la que contempla y considera las diferentes situaciones y su relación entre ellas, como una totalidad que se subordina a otros niveles superiores:

II

"Como el hombre murciélago observando la ciudad; el vampiro de los suyos recortado en la noche urbana. Meditabundo desde este altísimo edificio contemplo una vez más la estructura ciudadana, absorbo los trabajos y las fatigas de los hombres, manejo las tensiones y abstraigo sus humores; me deleito lamiendo sus estúpidos sudores y lanzo una carcajada a los cuatro vientos de mis dominios mientras la luna se desgarra y llora conmigo."

En pleno siglo XXI celebramos con sorpresa el hallazgo de este "trovador" que canta y recita mitos poéticos de los que se pueden extraer verdades eternas si se logra comprender el mensaje escondido que este poemario, como todo texto Sagrado e Inspirado, guarda en su vientre. Tampoco faltan comentarios y situaciones de cierta comicidad en donde el lector se verá inevitablemente reflejado, extrayendo la conclusión de que es preferible reírse de uno mismo, a ir de afectado por el mundo, renunciando así a la importancia personal que nos arrastra hacia la densidad de lo egótico, tal cual expresa este "Loco de Amor a la Vida y al Conocimiento" que practicando el desapego hacia las pasiones ha llegado a "Conocer" la existencia de algo superior, para constatar que existe la posibilidad de mediar entre la tierra y el cielo. Ya se habrá intuido que esta locura a la que nos referimos no es aquella obsesiva y patológica, sino la del guerrero que se enfrenta a sus enemigos sin expectativas y sin miedo, pero con respeto, no subestimando a sus adversarios, ciertamente poderosos:

LXXIII

"Si el enemigo es uno mismo hay que conocerse perfectamente bien para no dejarse enredar una vez más. Esto es imposible sin la idea de estrategia: vencer a través de la inteligencia aprovechando la fuerza del enemigo. Las artes marciales no proponen otra cosa; la lucha se entabla en tres planos coexistentes y sucesivos. Hay distintas lecturas de ese enfrentamiento. Lo que cada quien obtenga dependerá de la suya y de su entrega al Conocimiento."

Esta consagración al Conocimiento más elevado es tarea de héroes, de los que andamos más bien escasos. El mundo actual ha creado personajes de ficción con poderes extraordinarios, superhombres, con la pretensión de que reemplacen a aquellos seres míticos, ya perdidos en esta sociedad racional, que rinde pleitesía a lo innovador por lo innovador, y que desempeñaban un papel ejemplificador para las gentes de las diferentes culturas y civilizaciones. Nada que ver con la imagen que tenemos hoy en día del "superhéroe" que funciona desde un punto de vista individual y personalista así como desde una perspectiva moral más bien chata. Hemos borrado prácticamente los mitos de nuestra cultura, (si es que acaso la sociedad moderna de Occidente como tal los ha tenido alguna vez), que son un regalo Sapiencial-Espiritual y los hemos cambiado por historias de corte moral y materialista, sin reconocer la pérdida que ello supone. Una carencia esencial que pagamos con el desequilibrio completo dando como resultado un mundo que se desmorona por momentos pero que se atreve a juzgar y condenar a aquel que no siga sus pautas:

XXVIII

"Este sueño es una pesadilla colectiva. Sabios que jamás oyeron hablar de la verdad y la sabiduría, gobiernos que promueven la competencia (en la que unos ganan y otros pierden) y conjuntamente la igualdad sin encontrar contradicciones. Científicos progresistas que recién han descubierto la materia; la sociedad del dinero tiene el precio más caro del mundo. El que computa más información se supone que es el que sabe, la mecanicidad cuantitativa es lo más apropiado, y su hija la técnica, nos gobierna. También líbrame Señor de los imaginativos y 'creativos', sus opuestos análogos, los chicos malos del paseo. Tú sabes que te pido con todo el corazón que no me concedas sus fantasías. Líbrame de los oficialistas y los rebeldes pues entre ambos conforman el sistema. ¡Sálvame Señor del condicionamiento que me ha impuesto la burguesía ilustrada!"

No obstante, todavía subsisten Tradiciones, incluso en Occidente, en las que se guarda el legado Espiritual, transmitido desde tiempos inmemoriales, y en donde se conservan los mitos, así como símbolos y ritos, aunque gran parte de algunas de estas tradiciones se han desvirtuado, debido a la realización de una lectura plana y literal del mensaje sagrado por parte de estudiosos, dogmáticos y teólogos de diverso pelaje. Tal y como ha sucedido con el cristianismo o el islamismo por poner un par de ejemplos, en donde existen intereses personales de ciertos "individuos", que pretenden inculcar que la verdad sea sólo de unos pocos así como tergiversar dicho mensaje, (valga como ejemplo el afán de la iglesia católica por manipular una enseñanza divina, ya que contradice ciertas "normas" establecidas por la ortodoxia más recalcitrante, así como la deformación por parte del integrismo islámico del significado de la expresión "guerra santa", entre otras cosas, y cuyo sentido real es el de una lucha interior para con uno mismo con el propósito de someter a los egos y pasiones que nos atenazan, y no el que ya todos conocemos).

Vivir el mito es rememorar nuestro origen no humano, donde el tiempo queda abolido por un presente continuo, y todo adquiere un significado mucho más profundo, más vivo, más real, pues todo se ve como por primera vez. No es de extrañar por lo tanto, que el ser humano, ante esta escisión hacia lo más esencial, haya perdido todos los valores y busque algo que, por extraño que parezca se encuentra muy cercano a él, (pues estamos hablando de algo interior), pero que paradójicamente cada vez está más distante. Prácticamente ya ni siquiera se repara en aquellos cuentos y fábulas que nos contaban de niños, que, aunque en un grado menor, también hacen referencia a leyendas iniciáticas y esotéricas, e igualmente despiertan el recuerdo de algo trascendente:

XXXV

"El último día congregará en el Centro interno a hombres de los cuatro puntos cardinales. Que no se diga que no estamos presentes, que la verdad es posesión de alguna tribu en particular. Los habitantes del nuevo mundo han heredado el orgullo de sus culturas guerreras y armados como caballeros águilas y tigres se disponen a conquistar el santo grial, el vellocino de oro, y la ciudad de Eldorado. Toman conciencia de que deben rescatar una princesa dormida y un tesoro escondido; que es imprescindible matar al dragón, a la serpiente; esos celosos guardianes tienen poderes oscuros que, sin embargo, no resisten el ímpetu de los espíritus solares. Se ha desatado la guerra santa en nosotros mismos."

Es notable observar que incluso el título del libro encierra toda una simbólica referida directamente a uno de estos mitos de los que más arriba hablábamos. En concreto, a aquel que narra cómo el profeta Jonás es lanzado al mar en medio de una tempestad y tragado por un enorme pez, en cuyo interior permanece tres días y tres noches hasta que consigue salir (recordemos que en la tradición cristiana, también Jesús pasa este tiempo enterrado hasta su resurrección). Para algunas tradiciones este simbolismo sería análogo al de la caverna iniciática, en donde muere el hombre egótico y pasional, para surgir de la oscuridad un ser renovado y purificado, el niño alquímico que llevaba dentro de sí. Otras culturas tradicionales lo equiparan al útero materno. En cualquier caso, estar en el vientre de la ballena supone adentrarse en las zonas más oscuras de uno mismo, para renacer a un nuevo estado. Es el viaje a los infiernos de Dante o el paso por las "aguas inferiores" de la psique.

Por otra parte la ballena es, para la simbólica tradicional, una imagen del cosmos que al ritmo del expir-aspir universales se mueve entre dos mundos, el del No-ser y el del Ser respectivamente, pudiendo ser equiparable el primero al océano en el cual se sumerge, y el segundo al de la conciencia que toma de sí, cuando ha de emerger a la superficie para tomar aire.

LXVI

"El universo es una hembra embarazada que sufre las contracciones del parto. Se dilata y se contrae la matriz mientras se produce el nacimiento de la nueva creatura, el presente porvenir. Nosotros no nos damos cuenta de esta circunstancia pese a que los movimientos son nuestra vida misma; o tal vez a causa de ello. Mientras la serpiente cambia su piel nosotros sólo debemos prestar atención a nuestro parto cómodamente ubicados en la butaca del centro, en el útero del cosmos."

Es en el interior del seno materno donde se gesta el embrión que posteriormente habrá de salir para crecer y desarrollar las posibilidades latentes en él. Al igual que una semilla contiene en potencia la capacidad de ser una planta o un árbol, asimismo el hombre siempre ha tenido la posibilidad de hacerse consciente de su Origen Divino a través del Conocimiento de sí mismo, ("conócete a ti mismo", dice una máxima hermética), y éste ha de implicar forzosamente un entendimiento de las cosas a otro nivel más amplio, lo que establece una relación directa del microcosmos, (el ser humano), con el macrocosmos, (el universo entero) y viene a indicar que todo está relacionado con todo, puesto que todo proviene de una única cosa. Esa única cosa reside en el corazón, símbolo de lo receptivo y sede de lo Sagrado, en donde se halla escondido en lo más recóndito un valiosísimo tesoro que hoy en día casi todo el mundo desprecia por ignorancia. Lo más pequeño es lo más poderoso:

LV

"Lo invisible es lo más atractivo. Lo que casi no existe, lo tenue, lo fugaz, lo delicado, lo más pequeño de todo es lo más bello y lo más difícil de obtener; lo más escaso. Los entendidos son capaces de dar su fortuna por eso. Siendo así, es lógico pensar que aquello es lo que más cuesta. Tan increíblemente maravilloso como único; la gente realmente ambiciosa es lo que pretende. Sin duda lo mejor, si supiéramos qué es lo verdaderamente conveniente; resulta mucho más raro, cuando sabemos que lo hemos tenido desde siempre."

Numerosas expresiones tradicionales hacen hincapié en la superioridad y el poder de lo pequeño, sutil e invisible, sobre lo visible, grosero y grande: "Semejante es el Reino de los Cielos a un granito de mostaza, que tomándolo un hombre lo sembró en su campo (en sí mismo), el cual es la más pequeña de todas las semillas, mas cuando se ha desarrollado es mayor que todas las hortalizas y se hace un árbol, de modo que vienen las aves del cielo (símbolo de los estados superiores) y anidan en sus ramas" (Mateo, XIII, 31-32).1 No es de extrañar pues, que la gran mayoría de estas tradiciones tengan los mismos símbolos aunque representados de diferente manera, ya que todas estas culturas sagradas provienen de una sola, que era sostenida por una enseñanza unánime y primordial que en su momento debió expandirse por todo el mundo, creándose distintos pueblos, así como formas de manifestar la misma verdad para cada uno de ellos, sin dejar de conservar su auténtico sentido, sólo desvelado por aquellos que han sabido "leer entre líneas". Un ejemplo claro de todo esto estaría en el símbolo de la rueda, cuya representación se puede ver repartida por los cinco continentes. Ya sea por medio de ciertos motivos pictóricos y escultóricos, o por danzas rituales, el sentido es siempre trascendental:

LXXVI

"De entre todos los símbolos mágicos o actuantes, acaso el de la Rueda sea muy claro para nosotros, los occidentales, crepusculares hijos de la tarde y de la sombra. Un punto inmóvil y su irradiación hasta la periferia, produce posteriormente el movimiento de la rueda, la que gira indefinidamente recorriendo siempre análogos caminos de tiempo. La rueda es un espacio curvo cerrado en sí mismo, un continuo. Un plano de la realidad que se repite incesantemente en un orden dado. La expansión y la contracción están simbolizadas en la rueda. Y también la espiral, mostrándonos la salida vertical alrededor del eje de la esfera. La unidad central y la multiplicidad centrífuga, dan forma a estas figuras geométricas. El círculo, o ciclo, o rueda, es el plan o plano, de un hombre o cosmos. Al norte la medianoche, al sur el mediodía; al norte el nacimiento, al sur la plenitud, y luego el descenso inevitable, con el sol en occidente y llegando al fondo de las tinieblas. En ese momento, entonces, al sol no le queda otro remedio que ascender."

Con respecto a esta rueda que gira incesante produciendo el devenir de los ciclos, puede decirse que el ser humano en el estado actual en el que se encuentra, vendría a estar ubicado en su perímetro, o mejor dicho, es el que lo constituiría, pues representa a uno de los innumerables puntos que configuran la circunferencia, mientras que el centro, que permanece inmutable, equivaldría a la Unidad Divina, a partir de la cual se desarrolla el círculo o manifestación universal. Tarea nuestra es retornar al verdadero estado de Ser, que, análogamente, (ya lo hemos dicho), se encuentra en el centro del corazón, espacio en donde queda abolido el tiempo, y por lo tanto ya no existe sucesión de continuidad, manifestándose el eterno presente sin pasado ni futuro. Esta nueva condición sólo es posible, no nos cansaremos de repetirlo, para aquél que efectúe el viaje de retorno al Origen que va de la periferia de los sentidos, (donde el hombre es sacudido por el deseo), al centro esencial de uno mismo, subordinando los egos que le aprisionaban. Sucede normalmente, que por inconsciencia no advirtamos el hecho de que vivimos en un entorno absolutamente desarraigado de lo Divino, e intentemos llenar este gran hueco atesorando bienes, cultivando la imagen, y en definitiva deseando siempre lo que nos gustaría ser o tener. Esto es lo mismo que decir que no estamos nunca ni en el lugar ni en el momento que nos corresponde, cuando debería de ser todo lo contrario, el sitio es este y el momento ahora, pero no permitimos que este nuevo estado de consciencia se produzca, ya que andamos muy entretenidos buscando no se sabe muy bien qué, por los laberintos y recovecos de la psique.

Se nos da la gran oportunidad de acceder a un Conocimiento Sagrado, y preferimos obviarlo y seguir "enrollados" con nuestras "cosillas" que al parecer nos satisfacen enormemente. Nada más lejos de la realidad:

XXX

"Hemos sido invitados a un banquete y llevamos un bocadillo por si acaso. Nos han convidado a un festín y nos contentamos con migajas. Perdonamos a la deidad por sus antiguallas y errores, convencidos de que la pasamos muy bien. Creemos que somos más vivos que los demás, que nadie es mejor que nosotros, cosa muy curiosa e imposible, pues ese es el credo de cada cual compartido por todos. Pasamos el tiempo entretenidos haciendo guiños y morisquetas; el gran detective siguiendo una buena pista, un hilo conductor, ha salido del laberinto de sus dudas guiado por su más alta intuición. Y se ha hallado a sí mismo reconociendo que es la víctima y el asesino."

El vacío existencial que planea por encima de todos, y que nos mantiene en un estado de inquietud y desasosiego continuos, (tan pronto estamos eufóricos como deprimidos), se intenta amagar, como decíamos, de múltiples formas, que van desde la actividad ininterrumpida con mil y una tareas que nos autoprogramamos, hasta la búsqueda de novedades que nos sorprendan. Nada nos va a asombrar si estamos enredados en nuestro pequeño "yo", cuya percepción es dual y fragmentaria, y por lo tanto sólo puede ver una parte del conjunto. Es necesario abrirse a nuevos horizontes, (los de la Sabiduría), que despiertan la posibilidad de experimentar una visión de la realidad Una y Única, donde la belleza y armonía del universo manifestado puede ser apreciada en su máximo esplendor. Todo es sorprendente cuando se ve por primera vez, y eso sólo es posible siendo uno con el Todo, donde hoy es el primer día de la creación, y la novedad uno mismo:

I

"Oyendo una audición casual por la radio esta mañana me he preguntado una vez más por mi identidad. Tarea bastante fatigosa, supongo, si no se encontraran siempre novedades. Novedades soy, me digo con un poco de sorna, mientras siento la inutilidad de todo esfuerzo, pensando que cualquier acción está contaminada. Me paraliza la idea de tener que escribir unas líneas siempre fútiles en vano. ¿Qué soy? ¿Qué he sido? ¿Qué validez tiene este tono personal? Esa nada asumida ¿Qué significa? ¿En qué módulo ha de ser atrapada? ¿Cómo habrá de ser medida? ¿Cómo no advertir honestamente la aniquilación total? ¿Cómo no comprender los signos misteriosos, graduales, insistentes? ¿Cómo no conocer que esos signos son la vida de uno, que uno es sólo un símbolo? ¿A quién poder hacer entender que nada ha cambiado pese a la transmutación? Que las cosas siguen siendo ellas y la vida transcurriendo. Creyendo el hombre ordinario ser lo que imagina ¿cómo ha de interesarse en lo que le parece menos?"

Sólo desde una concepción más global es como pueden ser apreciadas las cosas en su verdadera dimensión. Nada es lo que parece, todo es relativo, en un lugar en donde lo malo de hoy será lo bueno de mañana, y viceversa. Ni siquiera la muerte existe tal y como la entendemos los occidentales, pues no es más que un cambio de estado, al igual que la aprehensión total del Conocimiento Verdadero y Divino es el fin de un estado inferior que supone el principio de otro superior.

No queremos terminar este pequeño comentario sobre tan singular y hermoso texto sin lanzar un mensaje preñado de esperanza, al contemplar que todavía quedan Maestros portadores de una enseñanza primigenia que intentan transmitir el legado Espiritual. Nuestro eterno agradecimiento por mostrarnos el auténtico significado de la existencia.

LXXXVI

"Ahora todo es mucho más misterioso y sencillo y semejante a la vida cotidiana. Se caería en la tentación de pensar que no pasa nada, si aquello no estuviese siempre presente dando realidad a todo lo que existe. Este es un estado más sutil donde no hay novedad porque en la renovación perpetua no hay novedad posible. Donde la conciencia no distingue demasiado entre lo uno y lo otro y donde nada se ha perdido, ni debe hallarse, porque así ha sido desde siempre."

 Carlos Alcolea


NOTA
1 Extraído de SYMBOLOS 25-26: "Introducción a la Ciencia Sagrada", Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada módulo II, pág. 175.
   
Sección Estudios Generales
Notas
SYMBOLOS: Arte - Cultura -Gnosis
Home Page