SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 

ENCUENTRO CON SYMBOLOS

Allí de ambrosía1 había un jarro,
con un cazo Hermes escanciaba a los dioses;
y todos aquellos tenían copas,
bebiendo pedían por la dicha del novio.2

¡Levantemos la copa por SYMBOLOS, celebrémosla! Vayamos de nuevo a su encuentro. Retomemos una vez más sus señas, las que dejó impresas en su primera Editorial:

"… los miembros del Consejo de Redacción [de SYMBOLOS]… conforman un grupo que se constituyó de una manera espontánea, unido en la identidad de un pensamiento que ha tomado como su vía a la Simbólica, presente en todos los tiempos y lugares, en particular la de la Tradición Hermética, concretamente aquella ligada al Simbolismo constructivo, y por lo tanto a la Alquimia como Ciencia, Arte y Filosofía de la transmutación. Esta doctrina de tipo cosmogónico, como soporte de la ontología y la metafísica, tiene sus equivalentes en otras tradiciones universales, y todas son ramas válidas de la Filosofía y Cosmogonía Perennes. Por lo que en esta revista se prestará especial interés al conjunto de las formas tradicionales o religiones comparadas, reflejos de la Tradición Primigenia.

"Pues si bien nuestra filiación tradicional es perfectamente clara neta y regular, y señalada como medio especialmente apropiado por nuestro guía permanente, René Guénon, muchos de los integrantes del equipo de SYMBOLOS han investigado en otros caminos del Conocimiento.

"SYMBOLOS… está abierta a todo tipo de corriente de pensamiento tradicional y a todos los escritores cuya búsqueda en lo simbólico, cosmogónico, metafísico, esotérico y artístico, les ha llevado al encuentro de la Filosofía Perenne, a los cuales se les invita a participar en estas páginas.

"El material que hoy presentamos, como igualmente el que publicaremos en los primeros números, será esencialmente introductorio, en el sentido de que deseamos entablar con el lector pautas de comunicación, instaurar un código y articular un lenguaje que se prolongue en las sucesivas entregas… SYMBOLOS pretende ser un medio de transmisión de las doctrinas tradicionales y por lo tanto asume una función didáctica, no literaria o exclusivamente erudita; creemos que el Símbolo es actuante, y esa función vehicular es la razón de ser de esta publicación que por el hecho de estar editada en Guatemala y por ser algunos de sus redactores hispanoamericanos, entre otras razones, prestará singular atención a los símbolos precolombinos que, al igual que los del simbolismo constructivo, el hermetismo y el arte, hallarán cabida permanentemente en nuestras páginas…"3.

Aunque este extracto de la primera Editorial de la revista no contiene todas las señas que se dan ahí del grupo de personas que forman su Consejo de Redacción y de la propia revista, contiene, pensamos, las necesarias para ubicarla. Y si bien estas señas son netas y no necesitan aclaración suplementaria, nos acercaremos no obstante para observarlas mejor.

El "… grupo [y la revista]… ha tomado como vía a la Simbólica… el Símbolo es actuante, y esa función vehicular es la razón de ser de esta publicación…". Observamos pues que la revista ha tomado como vía al símbolo, lo cual es puesto también de manifiesto por la palabra que le da nombre –otra de sus señas que comentaremos más adelante. Por otra parte, como sabemos, el carácter operativo del símbolo está estrechamente ligado a la Gnosis/Conocimiento –otra de las señas sobre la que tendremos también que volver– y, por consiguiente, a la realización metafísica del ser. Por lo tanto, esta "función vehicular", que es "la razón de ser de esta publicación", es una función de ayuda en el proceso, si así se le puede llamar, de la realización metafísica del ser.

"… a la Simbólica… en particular la de la Tradición Hermética, concretamente aquella ligada al Simbolismo constructivo, y por lo tanto a la Alquimia como Ciencia, Arte y Filosofía de la transmutación… nuestra filiación tradicional es… neta y regular, y señalada como medio especialmente apropiado por nuestro guía permanente René Guénon…". Como sabemos, la revista ha dedicado el Nº 11-12 a la Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada Tradición Hermética –su origen, sus características, su transmisión hasta nuestros días–, y todos sus números contienen material sobre la misma. Ha dedicado el Nº 13-14, al Simbolismo constructivo o, mejor dicho, al Simbolismo constructivo en Occidente, o sea a la Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada Masonería, organización iniciática regular que sigue viva hoy día. Ha dedicado el Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada Nº 9-10 y el Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada Nº 23-24, a René Guénon y su obra, destacando la importancia que ésta tiene como neta y justa exposición de la Tradición y guía espiritual en este fin de ciclo. Ha dedicado los números 15-16, 17-18, 19-20 y 21-22 al Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada fin de ciclo, poniendo así de relieve, mediante esta insistencia, esta fase final del ciclo de la actual humanidad. Las huellas de la Tradición Hermética están impresas en todos los números de la revista, y junto a ellas las del Simbolismo constructivo y la Alquimia como Arte de la transmutación, o sea el Arte/Ciencia de la realización metafísica o, lo que es lo mismo, la Ciencia Sagrada que engloba el conjunto de las ciencias tradicionales, a la cual ha dedicado una Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada" Introducción en el Nº 25-26.

"… en esta revista se prestará especial interés al conjunto de las formas tradicionales o religiones comparadas, reflejos de la Tradición Primigenia…". Si bien la revista tiene pues, como ella misma ha indicado, su propia filiación tradicional, no por ello deja de reconocer como hermanas a las diferentes formas hijas de aquella.

"… [la revista] está abierta a todo tipo de corriente de pensamiento tradicional y a todos los escritores cuya búsqueda en lo simbólico, cosmogónico, metafísico, esotérico y artístico, les ha llevado al encuentro de la Filosofía Perenne, a los cuales se les invita a participar en estas páginas…". Ni tampoco deja de reconocer como hermanos a aquellos que por diferentes vías han ido al encuentro de la Filosofía Perenne que les hermana en lo universal.

"… [la revista] pretende ser un medio de transmisión de las doctrinas tradicionales y por lo tanto asume una función didáctica, no literaria o exclusivamente erudita…". Por consiguiente, la revista asume la transmisión de la enseñanza tradicional por el medio que es propio de esta última: el símbolo. A propósito de esta enseñanza, interesa recordar, como hace la revista en todos sus números, que no consiste en el conocimiento de un conjunto de reglas o principios generales racionalmente ligados entre sí y externos al ser, como sucede en la enseñanza ordinaria, sino que consiste ante todo en el conocimiento de los principios que pertenecen al ámbito de lo universal, de lo metafísico, al encuentro de los cuales el ser puede dirigirse por medio de esa facultad superior a la razón que es la intuición intelectual, la intelección pura o el intelecto, una facultad supra-racional del hombre que está estrechamente ligada al símbolo, incluido el rito y el mito. Pues el símbolo juega un papel muy importante en la transmisión de la influencia espiritual gracias a la cual es posible este conocimiento con el cual el ser se identifica. La revista indica, a quien pueda estar interesado en esta enseñanza, que es un trabajo mediante el cual el ser intenta desligarse de lo que es forma y tránsito, y ligarse a lo informal y permanente. A este trabajo, fruto de la Gnosis/Conocimiento, dedica especial atención.

"… por el hecho de estar editada en Guatemala y por ser algunos de sus redactores hispanoamericanos, entre otras razones, prestará singular atención a los símbolos precolombinos que, al igual que los del simbolismo constructivo, el hermetismo y el arte, hallarán cabida permanentemente en nuestras páginas…". Esta indicación de prestar singular atención a los símbolos precolombinos se pone de manifiesto en la profusión con que estos símbolos aparecen en la revista, y también mediante la figura en forma de punta de flecha –otra de sus señas– que figura en su portada. Los símbolos que pertenecen al simbolismo constructivo, el hermetismo y la alquimia están también ampliamente recogidos en las páginas de la revista.

Observadas ya más de cerca las señas impresas en su primera Editorial, acerquémonos ahora a aquellas otras impresas en su portada.

Empecemos contemplando la palabra SYMBOLOS que da nombre a la revista. Dos cosas llaman la atención a primera vista en esta palabra: la letra Y –pues la palabra símbolo se escribe en nuestro idioma con i latina y no con y griega– y su color rojo.

En lo que respecta a la primera, pensamos que esta palabra, escrita con la letra Y4, hace referencia a la palabra griega SUMBOLON y a su significado5, poniendo así de manifiesto su relación con la Antigüedad griega y sus símbolos.

Por otra parte, la figura de la letra Y se puede hacer corresponder con la copa que es un símbolo del corazón, y por lo tanto del centro.

Además, en toda enseñanza tradicional el símbolo es el medio que el Principio revela y pone al alcance del hombre para que, dada la época del ciclo cósmico en que le toque vivir y teniendo en cuenta la propia constitución humana, pueda servirle de vía.

Por consiguiente, esta palabra no sólo encierra en sí el significado primordial del término símbolo, sino también, mediante esta letra que la liga a una forma tradicional6 en particular, el significado de centro y de vía.

En cuanto a la segunda cosa que llama la atención en ella, hay que decir que tiene que ver con lo que la Editorial inaugural señala cuando dice que el grupo está "… unido en la identidad de un pensamiento que ha tomado como su vía a la Simbólica… en particular la de la Tradición Hermética, concretamente aquella ligada al Simbolismo Constructivo, y por lo tanto a la Alquimia como Ciencia, Arte y Filosofía de la transmutación…"7. En efecto, en los textos hermético-alquímicos se dice que la Gran Obra –la culminación de la realización metafísica– se divide en tres partes, relacionando la primera parte con el color negro, la segunda con el blanco y la tercera –de la cual se dice que es la Gran Obra propiamente dicha– con el rojo. Respecto a este color, Dom Antoine Joseph Pernety señala en su Diccionario Mito-hermético:

"ROJO: Término del Arte Hermético que significa Azufre de los Filósofos. ROJO SANGUINA: Magisterio llevado, por la cocción, al color púrpura.

"PURPURA: … color rojo purpúreo que aparece en la materia cuando está perfectamente fijada.

Los Filósofos también la han llamado: Púrpura, Rubí, Fénix, cuando está en ese estado.

"RUBI: Magisterio al rojo perfecto.

"FENIX: … El fénix no es otra cosa que el Azufre rojo de los Filósofos…

"AZUFRE ROJO: … la verdadera materia de los filósofos… es cuando está perfecta al rojo o al blanco. Entonces es, propiamente, el azufre filosófico, pues Ramón Llull, entre otros, nos asegura que el azufre de los sabios no está distinguido sensiblemente de su mercurio, y éste mercurio no se hace, en absoluto, con azufre común, natural o fáctico".

Por otra parte, Frédéric Portal en su tratado Des Couleurs Symboliques señala:

"En todas partes son el fuego y su color, el rojo, los símbolos del amor regenerador… El fuego del sacrificio es la imagen del fuego celeste que reposa en el corazón. Aquí se explica el origen de los sacrificios… De Dios emana el fuego puro que inflama las almas piadosas; del infierno exhala la sombría hoguera, símbolo de nuestras pasiones; el diablo será rojo… Pronto el rojo dejará de ser el emblema del fuego y el amor, y representará ahora la sangre derramada en los campos de batalla, y por último la sangre vertida por el verdugo"8.

Este mismo autor señala también en esta obra que el color rojo, en su aspecto simbólico más elevado al cual denomina lenguaje divino, simboliza el amor divino, el lazo con el que el Padre liga a todas las criaturas a Sí-mismo, y sin el cual las criaturas no existiríamos. El mismo lazo que une al Padre y al Verbo: el Espíritu Santo.

Respecto a la copa o vaso, Dom A. J. Pernety señala también en su Diccionario:

"VASO: Los Filósofos, con frecuencia han dado el nombre de Vaso a su disolvente… El vaso secreto de los Filósofos es su Agua, o Mercurio… Nuestra agua –dice Filaleteo– es nuestro fuego; en ella consiste todo el secreto de nuestro vaso… el Vaso Filosófico –Aludel, lo llaman–… es el receptáculo de todas las tinturas…

"VASO DE LA NATURALEZA: Primeramente, se entiende del aire, que recibe el fuego y lo transmite al agua. En segundo lugar se aplica al agua, que es el receptáculo de las simientes y las dirige hacia la tierra. En tercer lugar, es la tierra matriz en la que se corporizan y desarrollan las simientes…

"VASO DE HERMES: es la tierra de los Filósofos, que encierra y oculta su fuego".

Como vemos, la copa/vaso está íntimamente relacionada con el fuego de los Filósofos, y por lo tanto con el color rojo.

Por otra parte, en la Tradición Cristiana, la copa y el color rojo hacen referencia al Santo Graal –la copa que contiene la sangre de Cristo, a semejanza de su Sagrado Corazón, símbolo del centro. Los trazos descendente y ascendente de la letra Y hacen referencia al Descenso a los Infiernos –artículo del Símbolo de los Apóstoles– y a la Resurrección de Cristo. Lo cual se puede relacionar con ciertas etapas de la realización metafísica.

Pero no acaban aquí las señas de la portada. Justo debajo del nombre, están impresas también las palabras ARTE, CULTURA, GNOSIS, las cuales hacen referencia a la Filosofía Perenne. Todo el material de la revista es, de una u otra manera, un continuo comentario y explicación de estas palabras, y es también, se puede decir, una puesta en práctica, una operatividad, que es propia de estos términos. Por lo tanto, tan solo repetiremos aquí unas observaciones generales a propósito de ellas.

En primer lugar, observar que estas palabras, como tantas otras en la vía simbólica, son de aquellas cuyo verdadero significado, que en modo alguno es el que habitualmente se le da hoy día, requiere ser recuperado acudiendo al sentido que tienen en la propia Tradición. Se puede decir que esto forma parte del trabajo que es necesario llevar a cabo para entablar "pautas de comunicación" entre el lector y la revista, como indica la Editorial. Pero también forma parte del trabajo que el lector tiene que realizar consigo mismo en su labor de conocerse.

Después, observar también que estas palabras están íntimamente ligadas entre sí, ya que mediante el ARTE/CIENCIA se adquiere la verdadera CULTURA, que no es otra cosa sino el reflejo de la GNOSIS/CONOCIMIENTO. En las diferentes formas tradicionales expresiones de la Tradición Primordial, la cultura no es, en todas sus manifestaciones incluidas sus artes y ciencias, otra cosa sino reflejo de la Gnosis. Por mediación del fuego/amor divino y del recuerdo/memoria –Mnemosine– de lo que somos, este Conocimiento espiritual nos lleva a desligarnos de las pasiones, de la ignorancia, de las formas, y a ligarnos a la virtud, a lo informal y finalmente a la Verdad, a la Perfección. Este despertar aleja los sueños y nos aproxima, más allá de las formas de lo concreto y de lo sutil, a la realidad informal de los principios universales, y finalmente a la unión en el Principio Supremo, única realidad.

Observar también, ya que estamos hablando de palabras, que en la enseñanza iniciática no debe perderse de vista en ningún momento el carácter simbólico del lenguaje en toda su extensión: el sentido literal, el alegórico, el esencial o sintético, y el anagógico –anago: conducir hacia arriba, elevar. Este último, el más profundo de los cuatro, es aquel a través del cual el lenguaje expresa, dentro de lo que esto es posible, lo universal, y lleva hacia él. Esta es la cualidad propia de las lenguas sagradas, cuyos signos –letras/números– son verdaderos símbolos.

Para terminar ya con estas señas a las que nos estamos refiriendo, fijémonos ahora en la figura situada en la parte inferior de la portada, justo encima del número de la revista. Esta figura que pertenece a la Tradición Precolombina, concretamente al pueblo maya, representa una punta de flecha –recordemos por otra parte la flecha con que Apolo mata a Pitón. La flecha es una de las armas simbólicas en algunas formas tradicionales y uno de los símbolos del Eje del Mundo y del Arbol del Mundo. Se puede enmarcar por lo tanto, dentro del simbolismo de las armas, en el simbolismo axial y en el simbolismo de pasaje. Es equivalente a otras armas simbólicas como la lanza –en la leyenda del Santo Graal–, el vajra –mediante el cual Indra mata a Vrtra, análogo a Pitón– y la espada –en la carta VIII del Tarot, la Justicia: "La Justicia marchará delante de él, y con sus pasos trazará un camino"9.

Otro aspecto del simbolismo de la flecha apunta al aspecto guerrero, en concreto al valor, cualidad reconocida desde siempre por todos los pueblos. El valor es necesario en la vía de la realización metafísica. El ser humano que sigue esta vía sostiene una batalla fecunda de regeneración consigo mismo –su egoísmo, sus pasiones, su ignorancia–, así como con todas las fuerzas externas que obstaculizan esta vía. Todo este sistema de fuerzas, si así se le puede denominar, es el adversario que intenta desvincularle del Principio, si esto fuera posible, o que intenta al menos que persista en su olvido.

Esta punta de flecha señala claramente el sentido ascendente del Eje del Mundo, o sea el sentido de retorno a la Unión en el Principio, a través de los cuatro planos-niveles-mundos –los cuatro triángulos con el vértice en la parte superior, enlazados– por los que discurre la vía. Lo que equivale, considerando ahora el modelo cósmico del árbol sefirótico, al ascenso desde el mundo de Asiyah, pasando por los mundos de Yetsirah y Beriyah, hasta el mundo de Atsiluth.

Finalmente, no queremos terminar estas líneas sin destacar la importancia que la revista concede a las imágenes, grabados y dibujos, como muestran sus páginas. Todo este rico material –obra del iluminador, el pintor, el grabador, el trazador, el geómetra– la vincula con este ámbito del Arte, el cual ha perdurado hasta nuestros días no como un mero vestigio, sino como otro lenguaje vivo de la Tradición que conduce también al encuentro con lo universal. Miguel A. Aguirre


NOTAS
1 "Alimento de los dioses. Es el Mercurio de los Filósofos Herméticos y el principio de todos los metales." Dom Antoine-Joseph Pernety, Diccionario Mito-hermético, Ediciones Indigo, Barcelona 1993, p. 56.
2 Safo, Poemas y fragmentos, Ediciones Hiperión, Madrid, 2001, p. 143, [Fr. 141 P].
3 SYMBOLOS, Nº 1, Ir a la página "Introducción a la Ciencia Sagrada Editorial, pp. 5-6.
4 upsilon, la vigésima letra del alfabeto griego, tiene como signo numérico 400 = 4 + 0 + 0 = 4 (1 + 2 + 3 + 4 = 10, la Tetraktys). Su forma de bifurcación o encrucijada simbolizaba para los pitagóricos la elección que el hombre tiene que hacer en la vía ante toda disyuntiva.
5 Sabido es que los griegos denominaban con esta palabra a un objeto físico partido en dos, cuya función consistía en que los portadores de cada una de esas dos partes, al juntarlas y ensamblarlas reconstituyendo el objeto original, pudieran reconocerse el uno al otro. Por consiguiente, la función del símbolo consistía, mediante la operación de unión de las dos partes en que estaba dividido, la que en este caso pertenece al orden físico del propio símbolo, en el reconocimiento de una realidad de orden superior, en este caso la de la persona a quien se reconocía. Lo cual extrapolándolo a otros órdenes o planos de la existencia, en vistas a la realización metafísica, da al símbolo su sentido en todo su alcance.
6 No se trata aquí de la Tradición Griega, como pudiera parecer a primera vista, sino de la Tradición Hermética en la cual se insertó lo que fue puesto a salvo de aquella.
7 Cf. SYMBOLOS, Nº 1, Editorial, p. 5.
8 Frédéric Portal, El simbolismo de los colores, J. J. de Olañeta, Palma de Mallorca 1989, p. 150.
9 Sal 85, 14.
   
Sección Estudios Generales
Notas
SYMBOLOS: Arte - Cultura -Gnosis
Home Page