RENE
GUENON. Editions de l'Herne. París 1985. 459 pág.
Dirigido por Jean-Pierre Laurant con la colaboración
de Paul Barba-Negra. SOMMAIRE: Jean-Pierre Laurant:
Avant-propos: "Nous ne sommes pas au monde..."; Jean Pierre Laurant:
Repères biographique et bibliographiques; René Guénon:
Poèmes de jeunesse; LA CRISE DU MONDE MODERNE:
Jean Biès: René Guénon, héraut de la dernière
chance; Michel Michel: Sciences et tradition, la place de la pensée
traditionelle au sein de la crise épistémologique des sciences
profanes; Victor Nguyen: Guénon, l'ésotérisme
et la modernité; Daniel Cologne: Puissance et spiritualité
dans le traditionalisme intégral; Jean Robin: Le problème
du mal dans l'oeuvre de René Guénon; René Guénon:
Extraits de lettres à Hillel; DES SOURCES POUR SAVOIR?:
Nicolas Séd: Les notes de Palingénius
pour "l'Archéomètre"; Jean Reyor: De quelques énigmes
dans l'oeuvre de Réne Guénon; Pierre Grison: L'Extrême-Asie
dans l'oeuvre de Réne Guénon; L'AXE DOCTRINAL:
Giovanni Ponte: Réflexions à la lumière
de l'ouvre de Guénon concernant l'unité principielle, l'ésotérisme,
l'exotérisme et les risques de la voie initiatique; Alain Dumazet:
Métaphysique et réalisation; Alain Gouhier: La
réponse à Henri Massis, une aventure inachevée;
André Conrad: L'indifférence et l'instant, lecture d'un
chapitre des "États multiples de l'Être"; Yves Millet:
René Guénon contre les Messieurs de Port Royal; René
Guénon: Lettre à A. K. Coomaraswamy; Olivier de Frémond:
Une lettre à René Guénon; LE SYMBOLISME
TRADITIONNEL: Jean Borella: Du symbole selon René
Guénon; Roger Payot: Réflexions philosophiques sur
le symbolisme selon Guénon; René Guénon: Extrait
d'une lettre à Jean Reyor; LIEUX DE RENCONTRE ET POINTS
D'AFFRONTEMENTS: Mircea Éliade: Un autre regard
sur l'ésotérisme: René Guénon; François
Chenique: A propos des "États multiples de l'être" et des
degrés du savoir: quaestiones disputatae; Jean Hani: René
Guénon et le christianisme. A propos du "Symbolisme de la croix";
Portarius: Sur la possibilité d'un ésotérisme
dans le christianisme; Christophe Andruzac: Note sur la diversification
des voies spirituelles; Denys Roman: Les cinq "rencontres" de Pierre
et de Jean; Denys Roman: Note additionnelle sur le Saint-Empire;
Édouard Rivet: René Guénon franc-maçon;
René Guénon: Extraits de deux lettres à R.P.;
Jean Pierre Schnetzler: René Guénon et le bouddhisme;
René Guénon: Une lettre à A. K. Coomaraswamy;
Marco Pallis: Une lettre à J.-P. Laurant; Catherine Conrad:
Guénon et la philosophie; Frithjof Schuon: Note sur René
Guénon; René Guénon: Lettre à F. Schuon;
René Guénon: Trois lettres à propos de l'initiation
fémenine; UNE LENTE IMPRÉGNATION: Eddy
Batache: René Guénon et le surréalisme; Pierre
Alibert: Albert Gleizes-René Guénon: Frederick Tristan:
Extraits du Journal; Luc Benoist: Lettre à Jean Paulhan;
René Guénon: Deux lettres au peintre René Burlet;
Jean Borella: Georges Vallin, 1921-1983; François Chenique:
La vie simple d'un prêtre guénonien: l'abbé Henri
Stéphane; Gaston Georgel: Ce que je dois à René
Guénon; ENTRETIENS: Entretien avec Jean
Tourniac; Entretien avec Emilie Poulat; COMMENTAIRE DES ILLUSTRATIONS:
René Guénon: Lettres à Hillel; Lettres
à F. G. Galvao; Lettre à Julius Evola.Science et tradition.
Michel Michel. En Français: .
Este escrito tiene mucho
interés desde el punto de vista concreto en que se ubica, y aclara
en buena medida el pensamiento de Guénon en general sobre las ciencias
profanas y en particular las conexiones o puentes que puede haber entre
su pensamiento y los conceptos de las ciencias y técnicas actuales
que tanto han cambiado desde los años en que Guénon escribió
su obra. En su primera parte describe las críticas hoy obvias -aunque
la vulgarización científica y no sólo la vulgarización
siga insistiendo en ello- sobre el método científico fundamentalmente
basado en la experimentación, el empirismo, la especialización
y la estadística de las ciencias "naturales" y aplicadas, y el desconcierto
de los investigadores recientes que niegan el propio instrumental científico,
tal el caso del epistemólogo Karl Popper. Previamente se ha destacado
el papel otorgado por Guénon a la matemática y la geometría,
ciencias tradicionales y vehículos de conocimiento y el error de
los científicos que creen tratar directamente de la realidad de
los fenómenos observados, cuando en verdad sólo se refieren
a la descripción de esos fenómenos por medio de una traducción,
signada por otra parte históricamente, es decir bajo las circunstancias
del tiempo, e incluso de lugar; esto es notorio en la época de Guénon
y en Europa en general por la influencia de la mecánica originada
en Descartes, de la que deriva un tipo de pensamiento que es coronado socialmente
por la revolución industrial y que se infiltra y signa todas las
ciencias, incluso "las humanidades", de las que el autor también
da cuenta, como la sociología, psicología, historia, etc.
Asimismo compartimos con el autor la crítica que efectúa
al gran metafísico francés sobre no haber prestado más
atención a la antropología y en especial a los pueblos primitivos
o arcaicos, como sociedades tradicionales aún hoy vivas, a las que
Guénon describe en algún caso como degeneraciones de un conocimiento
ancestral. Esto se debe, según el autor, en este tema y en otros,
al propio condicionamiento de la época en que Guénon vivió
y trabajó, a su enmarque referencial.
Igualmente se anota que la actitud de Guénon -y
muchos guenonianos- referida al plano intermedio, en el sentido de negarlo
en cuanto no es el mundo verdaderamente espiritual, es un intento de afirmar
la primordialidad del Origen no humano de la manifestación en detrimento
de la psicología profunda y la realidad del plano imaginal. Va de
suyo que un trabajo como el que comentamos, de por sí sumamente
condensado, no puede sintetizarse en unas pocas líneas, puesto que
posee numerosas alusiones y sugerencias y se tratan en él, de modo
directo o velado, muchas cosas que deben ser motivo de reflexión
y meditación para los hombres contemporáneos, que también
somos. En todo caso consideramos mucho más enriquecedor un trabajo
de este tipo que las disquisiciones teológicasy de filosofía
religiosa en las que han desembocado numerosos "guenonianos" .
De quelques énigmes dans
l'oeuvre de René Guénon. Jean Reyor. Después
de recordar su primer encuentro con Guénon y hacer un repaso a las
vicisitudes por las que pasó Le Voile d'Isis hasta convertirse
en Études Traditionnelles, Reyor habla de las "enigmáticas"
fuentes orientales de las que extrajo Guénon lo esencial de su conocimiento
metafísico, así como de determinados datos e informaciones
vertidas por éste en diversos libros y artículos sobre aspectos
simbólicos e históricos de la Masonería, el Compañerazgo
y otras antiguas organizaciones occidentales que era imposible que hubiera
obtenido por medios escritos. Esto es algo que se ha comentado con frecuencia
en biografías y artículos sobre la obra guenoniana, y en
lo que no vamos a entrar, pues es algo hacia lo cual el propio Guénon
mantuvo siempre un escrupuloso silencio, y de todas maneras no nos interesa
demasiado. Creemos, sin embargo que si Guénon recibió alguna
transmisión de parte de fuentes orientales y occidentales, ello
no habría tenido ningún efecto si en Guénon mismo
no hubiera existido ya una "predisposición" interior, o una "intuición
intelectual" lo suficientemente desarrollada para asimilar las enseñanzas
que supuestamente le transmitieron. En definitiva, que lo importante es
lo que ya dijo Guénon hablando del doble sentido del anonimato:
"el ser que ha alcanzado un estado supra-individual queda por ello mismo
desprovisto de todas las condiciones limitativas de la individualidad,
es decir ha superado las determinaciones de 'nombre' y 'forma' (namâ-rupâ)
que constituyen la esencia y la substancia de esa individualidad como tal;
por tanto es verdaderamente 'anónimo', porque el 'yo' se ha esfumado
desapareciendo por completo ante la presencia del 'sí' ".
L'Extrême Asie dans l'oeuvre
de René Guénon. Pierre Grison. Grison,
que es autor de varios libros sobre la alquimia y la simbólica taoísta,
analiza en su artículo la influencia de las doctrinas extremo-orientales
en la obra de Guénon, concretamente en La Gran Tríada,
Los Estados múltiples del ser y El Simbolismo de la cruz.
También cita las fuentes bibliográficas de las que a
este respecto se sirvió Guénon para sus trabajos, como la
traducción del Tao-te-king del P. Wieger, o las investigaciones
de M. Granet en Le Pensée Chinoise y La Civilisation chinoise,
asegurando que estas fuentes fueron más importantes que las que
pudo extraer de Matgioi. Nos parece interesante lo que afirma Grison acerca
de las relaciones entre Oriente y Occidente, que observadas en clave simbólica
adquieren unas connotaciones distintas a las habituales. Cita, en este
sentido, un pasaje de La Gran Tríada (cap. XII), en el que
Guénon habla del yang y del yin, asimilándolos
a Oriente y Occidente, respectivamente: "La tradición extremo-oriental,
está en perfecto acuerdo con todas las demás doctrinas tradicionales,
en las cuales el Oriente está siempre considerado, efectivamente,
como el "lado luminoso" (yang), y el Occidente como el "lado oscuro"
(yin), el uno con respecto al otro..."
En suma, que tanto el Oriente como el Occidente, tal cual
el yang y el yin, no constituyen sino una sola unidad, lo
que vendría a expresar que sólo existe una única Doctrina,
la misma en todos los pueblos, ya sean éstos orientales, occidentales,
nórdicos o meridionales, ya que dicha Doctrina es verdaderamente
central, o polar, según el mismo Guénon lo repitió
en multitud de ocasiones.
También menciona el autor la influencia que tuvieron
Coomaraswamy y Marco Pallis en el cambio de criterio de Guénon con
respecto al Budismo. En cuanto al primero estamos de acuerdo (entre otras
cosas porque Guénon así lo afirmó), pero en lo que
se refiere al segundo abrigamos nuestras más serias dudas.
Du symbole selon René
Guénon. Jean Borella. Este estudio
comienza con una interesante síntesis de la obra de Guénon,
a la que divide en cinco partes: crítica al mundo moderno, tradición,
metafísica, simbólica y realización espiritual. Tradición,
metafísica y simbólica constituyen un triángulo de
base donde se asientan dos pirámides, de las cuales el polo más
bajo corresponde a la crítica al mundo moderno y a las reformas
al pensamiento profano, y el polo más alto, lógicamente,
a la realización.
A continuación pasa a hablar del símbolo
como intermediario entre distintos planos del Ser universal y como unidad
manifiesta y sintética de lo cognoscible, y toca algunas teorías
modernas acerca del símbolo, en especial el estructuralismo, que
al descomponer analíticamente el símbolo en unidades diferenciables
que no se interpretan, sino que se constatan, como es el caso de las "mitologías",
niegan la razón misma del símbolo, que es la unión
entre las partes de un todo.
Las consideraciones que siguen, fundamentadas en la obra
de Guénon, aclaran conceptos como correspondencia y analogía,
haciendo hincapié sobre la analogía inversa.
Réflexions philosophiques
sur le symbolisme selon Guénon. Roger Payot. En
este interesante y sugerente artículo, el autor intenta acercar
el punto de vista filosófico-científico sobre la función
del símbolo (citando a diversos autores como André Leroi-Gourhan,
Ernst Cassirer, Husserl, e incluso a Kant), con la posición que
al respecto siempre ha sustentado Guénon a lo largo de toda su obra.
Sin embargo, R. Payot pronto llega a la conclusión de que ese acercamiento
sólo es posible a un cierto nivel (el de las analogías establecidas
por las facultades del lenguaje y la razón), más allá
del cual se encuentra el dominio propiamente ontológico y metafísico,
hacia el que nos proyecta el símbolo gracias al poder de síntesis
que él genera, y que necesariamente escapa al análisis discursivo.
Es la diferencia que hay entre la horizontal y la vertical: ambas coexisten
juntas, pero la primera no es sino el reflejo de la segunda. Recordemos
estas palabras de Guénon, citadas por el autor: "El papel de los
símbolos consiste en ser el soporte de concepciones cuyas posibilidades
de extensión son verdaderamente ilimitadas, y en donde toda expresión
no es sino un símbolo; es necesario, pues, reservar siempre una
parte a lo inexpresable, que es, en el orden de la metafísica pura,
lo que más importa".
René Guénon franc-maçon.
Edouard Rivet. En primer lugar, el autor expone
las razones de por qué Guénon entró en la Masonería,
lo que aconteció en el año 1912, concretamente en la Logia
Thébah. Seguramente los motivos nacieron del convencimiento
de que, aún a pesar del estado de degeneración en que se
hallaba la Masonería a principios de siglo, ella conservaba todavía
los símbolos y los ritos "susceptibles de servir de soporte a ciertos
hombres cualificados para alcanzar, no conocimientos puramente mentales,
sino estados ligados al desarrollo de una 'intuición intelectual',
el 'intelecto puro' (...) gracias a la transmisión de un 'influjo
espiritual', mediante la afiliación a la institución, es
decir a la 'iniciación' ". En efecto, Guénon consideraba
que en el Occidente actual, "aparte de la posible supervivencia de algunas
raras agrupaciones del hermetismo cristiano de la edad media (se refería
seguramente a la Estoile Internelle, a la que perteneció
Louis Charbonneau-Lassay), sólo dos organizaciones pueden reivindicar
un origen tradicional y una transmisión iniciática real:
estas dos organizaciones, que, por otro lado primitivamente no fueron más
que una sola, si bien con múltiples ramas, son el Compañerazgo
y la Franc-Masonería (Aperçus sur L'Initiation, nota
pág. 41). Por diversos motivos, entre ellos seguramente el ingreso
al Islam en ese año, y con toda seguridad la guerra de 1914, Guénon
abandona la Logia Thebah, interrumpiendo así toda actividad
masónica. Así se creía, hasta que en 1973, Frans Vreede,
que tuvo una larga amistad con Guénon, con ocasión de una
intervención en la Logia Villard de Honnecourt, declaró que
él le había confesado que "era miembro de una maestría,
es decir de una agrupación de Maestros de todos los grados, donde
la transmisión oral remontaba a la época artesanal de la
Masonería francesa (...) Para impedir en el futuro cualquier desviación,
divulgación y traición, ellos decidieron el anonimato de
sus miembros, y que, desde entonces, no habría más estatutos
ni otros documentos escritos, no más candidaturas, etc." De ser
cierta esta afirmación del Sr. Vreede aunque es lo único
que se conoce al respecto, creemos que ello explicaría por qué
Guénon poseía conocimientos sobre la Masonería y el
Compañerazgo que no le venían de ninguna información
libresca. Bien es verdad, por otro lado, que tras su establecimiento en
Egipto en 1930, Guénon abandona, como él mismo declaró,
toda pertenencia a cualquier organización occidental.
Rivet señala también algunas relaciones
que Guénon mantuvo con diversos masones, entre ellos Oswald Wirth,
Marius Lepage, Arturo Reghini, John Yarker, Clement Stretton, etc. Estos
dos últimos fueron los promotores en Inglaterra de una revivificación
de la Masonería operativa a principios de siglo, la Guilde of
operative freemasonry, en cuyo órgano literario (llamado paradójicamente
"The speculative mason") Guénon colaboró en varias ocasiones
firmando con las iniciales de su nombre islámico A.W.Y. El mismo
Guénon hizo numerosas recensiones de esta revista, todas ellas incluidas
en los dos volúmenes dedicados a la Masonería y el Compañerazgo,
recensiones que desde luego son de un interés inestimable.
Otro aspecto interesante que merece ser destacado de este
artículo fueron las relaciones habidas entre Guénon y J.
Evola en torno al asunto de la Masonería, y que al parecer era uno
de los pocos puntos doctrinales en que ambos estaban en desacuerdo. Evola,
que había declarado en conversación privada que "Guénon
fue mi maestro, y yo no he hecho más que continuarlo y traspasarlo
a la acción", siempre mantuvo hacia la Orden masónica un
claro distanciamiento, afirmando que si ella fue antiguamente una auténtica
organización iniciática, en la actualidad la consideraba
incluso hasta antitradicional (ver las últimas páginas de
su libro El misterio del Grial). Guénon atribuía esa
animadversión al hecho de que Evola conocía tan sólo
la Masonería italiana y francesa, la gran mayoría de la cual,
en efecto, estaba integrada por Logias y Obediencias en donde el punto
de vista moderno era, y continúa siendo, el predominante. Sin embargo,
Guénon consideraba que si Evola hubiera tenido conocimiento de la
Masonería anglosajona, seguramente su criterio habría sido
otro. Y esto es así porque, siempre según Guénon,
es en esta Masonería donde se ha conservado con mayor pureza los
antiguos rituales. No obstante, al final de su vida parece que Evola cambió
algo su punto de vista, afirmando en una de las ediciones de su Le Doctrine
de l'éveil: "René Guénon pudo tener en vista algún
núcleo superviviente de la antigua Masonería 'operativa',
privado de relaciones con lo que concretamente es la Masonería moderna.
En cuanto a esta última, ella no tiene -al menos para sus cuatro
quintas partes- absolutamente nada de iniciático". Tal
proporción, dice Rivet, no deja de ser inestimable. Nosotros pensamos
que ese matiz de Evola obedece a que había comprobado que la obra
de Guénon estaba ejerciendo su influencia en determinadas Logias
masónicas, ajenas, por otro lado, a la influencia anglosajona.
Note sur René Guénon.
Frithjof Schuon. Esta vez Schuon señala lagunas
y faltas en la obra de Guénon, y las relaciona con su unilateralidad
y su carácter, que parecerían no estar de acuerdo con la
"envergadura de su misión", aunque no se puede negar que él
ha sido una personificación, no de la espiritualidad, sino de la
certidumbre intelectual, pues se trata de un "pneumático".
Para comprender la obra de Guénon, según
Schuon hay que tener presentes dos cosas (seguramente por una cierta fatalidad
que ha signado su destino), una el valor irremplazable de la obra guenoniana,
y la otra la sustancia gnóstica y pneumática del autor. Por
otra parte Guénon subestima la moral y la estética, y en
un artículo de "La Gnose" escribió que las religiones son
formas heréticas de la Tradición Primordial. En la parte
final de la nota se nos explica de modo dual y sibilino algunas consideraciones
propias de su invención acerca de la pretendida "personalidad pneumática"
del autor. ¿Todo esto constituye un homenaje a cien años
del nacimiento del gran metafísico francés?
Por otra parte debe ponderarse la realización de una
entrega editorial tan completa como esta de Cahiers de l'Herne con
respecto a Guénon, especialmente en lo que concierne a documentos,
cartas y aún poemas de su juventud. |