Pasado el solsticio de verano de 2025 y reunidos de nuevo los integrantes del consejo de redacción de SYMBOLOS, surgió inmediatamente el tema de la siguiente actualización, la que ahora presentamos: “Literatura Sagrada”. No tuvimos que hacer ningún esfuerzo para ponernos de acuerdo; todos nosotros estábamos enfrascados en diferentes lecturas —según los hados nos habían ido inspirando— y al compartirlas nos dimos cuenta de que el contenido de la próxima revista ya estaba casi hecho. Así son las cosas. No nos movemos a golpe de programaciones establecidas sino guiados por los impulsos del alma que ora abreva en la obra de tal o cual autor integrante de la cadena áurea, ora en los textos sagrados anónimos de las distintas tradiciones. Amamos los libros de todos estos compañeros en el espíritu. Amamos sus palabras rebosantes de sabiduría e inteligencia. Amamos las ideas que brillan en cada una de las páginas de sus textos. Sus estilos son distintos, desde el relato heroico o épico, pasando por la poesía (entre la que se cuentan los Salmos y los Himnos), las narraciones de viajes míticos, de sueños, visiones y revelaciones, hasta los diálogos entre un adepto y su guía humano o divino; pero algo los religa a todos entre sí: el ser depositarios de influencias espirituales que actúan cuando uno se identifica con ellas. Como se dice en el Programa Agartha:

En un sentido amplio, todo escrito es literatura. Pero hay algunos en los que, el arte en la manera de decir, la transparencia de las imágenes con que se dice, la claridad y el orden de los conceptos, aunque permanezcan velados, los hacen memorables y los ligan a nosotros con lazos emotivos y sutiles. (Federico González y col. Introducción a la Ciencia Sagrada. Programa Agartha. Revista SYMBOLOS nº 25-26, Barcelona, 2003).

Así, desde la libre elección y de una manera orgánica, cada uno de nosotros siguió durante este semestre con sus lecturas, meditaciones e investigaciones, tomando como buena aliada a la literatura sagrada. Cuando se ha presentado una caída, una duda, un obstáculo, una detención, un aparente retroceso, un error, un autoengaño, una autocomplacencia, una desviación, un miedo, una excusa, una vacilación, un salto en el vacío, un estancamiento, en definitiva, cuando han aparecido las mil y una pruebas del proceso iniciático, los libros sagrados han venido siempre a auxiliarnos, a guiarnos e iluminarnos. Sus palabras inspiradas son también palancas que elevan el pensamiento a otros espacios, ventanas que abren la conciencia, espejos en los que contemplar los reflejos de una realidad invisible siempre esquiva. Retratan el Universo y sus planos simultáneos (inframundo, tierra y cielo), el alma inferior y la divina, la doble naturaleza del ser humano, la cosmogonía y el viaje iniciático de retorno al origen.

Nuestras bibliotecas son templos: espacios donde habita lo sagrado. Hace ya tiempo que nos deshicimos de todos esos escritos que poco o nada aportaban a nuestro camino interior; nos referimos no sólo a la literatura que podríamos denominar “profana”, sino también a esos libros que se presentan como auténticas obras de saber y no son sino malas copias, cuando no tergiversaciones y hasta inversiones de lo que es la enseñanza cosmogónica y metafísica. Discernir lo verdadero de lo falso a veces no es fácil, pues muchos sopladores, tradicionalistas y contratradicionales han sabido profitar del poder de la palabra para arrastrar a multitudes a sus terrenos particulares, creando obras que son auténticos engaños y mentiras. Hoy en día se ha llegado a un punto en el que se desvirtúa y corrompe la palabra en todos los ámbitos, también en el del esoterismo, y ha venido a ser paradójicamente el arma predilecta para difundir la mentira, la grosería, la tontera, el absurdo, la duda, el miedo y la insignificancia, sembrando el caos y la confusión por todas partes, tal cual el símbolo de la famosa Torre de Babel.

Para nosotros, la palabra es el regalo más valioso y precioso que ha recibido el ser humano, pues ella puede llegar a ser un vehículo de las influencias espirituales más altas. Palabra inspirada que cuando se deposita en un libro, su poder permanece en estado latente y al abrirlo fecunda el corazón del que la recibe sin prejuicios y con una intención recta encaminada a la conquista de la fuente de donde surge: la inteligencia divina. En esta oportunidad, hemos abierto unos pocos de esos libros escogidos que atesoramos en las repisas de nuestras bibliotecas y la palabra verdadera, clara y sin doblez ha fluido a través de los escritos de Virgilio, Dante, Hermes Trismegisto y Asclepio, Platón, Sócrates, G. Bruno, el rey David y otros salmistas, Lao Tse, Federico González y algunos sabios más, con los que hemos compartido el pan de las ideas y el vino del espíritu.

Y lo sorprendente es que al recibir las colaboraciones, nos percatamos de que secretos vínculos las unían entre sí, de manera que el sumario se armó prácticamente solo. Invitamos al lector a descubrir ese tejido mágico-analógico que religa todos los trabajos. Comenzamos con el artículo de un colaborador habitual en nuestra revista, Felice Vinci, cuyo estudio sobre la estrella de Belén y su relación con la conjunción astronómica de Saturno y las Pléyades acontecida alrededor de la fecha del nacimiento de Jesús —conjunción que se repite cíclicamente cada 30 años— sorprenderá porque esta efeméride no fue significativa solamente en aquel lugar y aquel instante, sino también en distintos momentos del manvántara y en múltiples culturas de toda la Tierra. Sigue un vibrante escrito de Lucrecia Herrera que, de la mano de Virgilio, va resiguiendo los primeros capítulos de la Eneida y su vinculación tanto con el origen de Roma como con el viaje iniciático emprendido por cada quién. Y también de la mano de Virgilio, conductor de Dante en su Divina Comedia, Carlos Alcolea nos introduce nada menos que en el infierno, visita indispensable para nombrar todas esas energías densas ocultas en nuestro interior y poder así soltarlas sin tener que esperar a morir físicamente. Todas estas lecturas despiertan el diálogo interno, esas preguntas y respuestas que a modo de escala nos hacen ascender las gradas de la conciencia; el siguiente artículo de Mireia Valls va en la línea de rescatar los textos de algunos autores tradicionales que han tomado al diálogo como soporte de la enseñanza cosmogónica y metafísica. Y nada mejor que dejarnos empapar por el misterioso diálogo entre Hermes Trismegisto y Asclepio en el tratado hermético titulado con el nombre de este último, Asclepio, que Montse Gallego ha elegido como centro de sus meditaciones. Pero esto no acaba aquí, pues Alberto Pitarch se ha volcado en el estudio del I Ching, aportando algunas claves con las que encarar este texto oracular de la tradición extremo oriental, y finalmente Marc García apunta en su nota algunas ideas que nos permiten redescubrir los Salmos como cantos de alabanza a la Unidad del ser en vez de simples himnos alegórico-religiosos a una divinidad que está fuera del hombre, que es como casi siempre se los conceptúa.

El sumario de la actualización sigue con una segunda parte en la que publicamos scripts de podcasts del programa en Ivoox “Phoenix 33” dedicados a profundizar en la obra teatral Lunas Indefinidas de Federico González y en dos de sus novelas, Jauja y El Libro el Secreto, quedando el que versa sobre la obra Defensa de Montjuïc por las donas de Barcelona para la actualización de verano; scripts precedidos por el texto de la conferencia impartida por Mireia Valls en la Gran Logia Provincial de Madrid acerca del tema “Teatro e Iniciación”. El apartado de los podcasts termina con el script de un nuevo episodio del programa “Taberna Hermética”, compuesto por Beatriz Ramada y titulado ¿Realidad o Ficción?, que trata también de las tres novelas escritas por Federico, tres formas de expresar la idea de utopía.

En este sentido, publicamos un nuevo capítulo del libro Las utopías renacentistas. Esoterismo y Símbolo, de Federico González, y otro capítulo de su Presencia viva de la Cábala en francés, así como un nutrido grupo de las cartas de Marsilio Ficino —otra forma literaria de transmitir el conocimiento bajo la forma epistolar—. La traducción de la mayoría de ellas es del puño de Marc García.

Acerca de los trabajos en audio publicados en Ivoox, decir que las voces del Ateneo del Agartha alimentan no sólo los espacios “Phoenix 33” y “Taberna Hermética” ya mencionados, sino además “El Juego Mágico de la Memoria”, “El poder de la palabra: poetas, chamanas, profetas”, “Las cartas de Marsilio Ficino” y “Entre el No ser y el Ser, una antología para hamacados”, en todos los cuales hay novedades. Un amplio repertorio de podcasts con distintas duraciones que usted puede escuchar en diferentes momentos de su jornada para recuperar la memoria y zafar del caos imperante por todos lados.

Finalmente, los dos blogs “Astronomía Hermética y Cosmografía” y “Aleteo de Mercurio” no dejan de ofrecer contenidos novedosos. Y en el canal Youtube de SYMBOLOS aparece la presentación de La Cábala en el corazón en la librería Juan Rulfo de Madrid a cargo de varios miembros del Ateneo del Agartha y el link a la conferencia de Mireia Valls en la Gran Logia Provincial de Madrid, que muy amablemente fue grabada y editada por los HH .·. de aquellos valles.

Recordando que “quien pestañea, pierde”, día tras día en las páginas en Facebook e Instagram de SYMBOLOS y su anillo telemático se suben nuevas entradas para poder encauzar nuestra jornada hacia la concentración.

Les anunciamos que el inicio del 2026 vendrá con una primicia en la colección Aleteo de Mercurio de la Ed. Libros del Innombrable, cuya autoría y título desvelaremos a su debido tiempo.

Misión cumplida, aunque no finalizada. Seguiremos mientras la Providencia lo disponga.

Feliz solsticio de invierno y entreguemos nuestro corazón a la apertura de esa pequeña puerta de los dioses.