SOBRE UNA RESEÑA
En
la Revista de Espiritualidad 50 (1991), de España, en una
reseña sobre una obra nuestra "Los Símbolos Precolombinos",
el autor, que firma con las iniciales S.G. valoriza con sentido crítico
nuestro trabajo del que entre otras cosas dice: "Su reconstrucción
a base de los residuos aún existentes en comunidades de carácter
indígena, del testimonio de los historiadores de la conquista y
de multitud de estudios modernos sobre la época precolombina de
las distintas naciones americanas, le han supuesto varios años de
estudio y trabajo, pero le han capacitado para escribir una obra modélica,
densa, perfectamente documentada, que proporciona una visión sintética,
pero muy concreta, de cómo la más trivial cotidianidad tenía
un carácter sagrado". Agradecemos estos conceptos sobre nuestros
estudios, pero no estamos de acuerdo en cuanto se afirma que nosotros pareceríamos
"evaluar positivamente los sacrificios humanos" precolombinos, lo cual
por cierto está totalmente alejado de nuestras pretensiones; lo
que sí señalamos es que estas costumbres han sido unánimes
y habituales en las tradiciones arcaicas y poseen un sentido totalmente
distinto al que se les atribuye actualmente, ligado a la crueldad y antropofagia,
y a las monstruosas y degeneradas concepciones de todo tipo de "satanistas"
-públicos y privados-, según podemos ver en las últimas
producciones cinematográficas norteamericanas. En cuanto a que pensamos
que el "triunfo" (sic) del cristianismo constituyó un empobrecimiento
en la vida espiritual de esos pueblos, consideramos, con bastante lógica,
que con su cosmovisión y sus dioses los indígenas se sentirían
perfectamente realizados y satisfechos, y que vieron en un principio como
enemiga y hostil a la religión intrusa y represora, aunque posteriormente,
vencida su resistencia, y encontrando en el cristianismo los mismos, o
análogos, elementos de su cosmogonía y teogonía -bajo
otros nombres divinos iguales atributos- y hasta muchas de sus costumbres,
y comprendiendo que ambas tradiciones eran en el fondo esencialmente idénticas
pese a las diferencias formales (ambas vástagos de la Cosmogonía
Perenne, de la Tradición Primordial, se diría hoy) constituyeron
una síntesis, que sobrevive actualmente, y donde se sobreponen las
concepciones indígenas con las cristianas fundiéndose, pero
sin confundirse. F. G. |