SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 
 
  [RENE GUENON]
PSICOLOGIA

Capítulo VII
EXCITANTE EXTERIOR E IMPRESION
(resumen mecanografiado)

Es necesario distinguir cuidadosamente excitante exterior, impresión, sensación y percepción. El excitante exterior está constituido, por ejemplo, por un foco luminoso y por los movimientos que se producen en el medio ambiente, desde este foco luminoso hasta la superficie de nuestro sentido.

El excitante exterior pertenece todo él al dominio de la física, la impresión es toda ella fenómeno fisiológico: ella comprende todo lo que pasa en el organismo a partir del momento en que éste está sometido a la influencia de un objeto exterior hasta que los movimientos provocados en él por la acción de este objeto hayan finalizado.

Lo que hay que considerar en primer lugar en la impresión, son los movimientos que se producen entre la periferia y los centros cerebrales, después en estos mismos centros cerebrales, cuya activación es la condición inmediata de la sensación; pero hay que considerar igualmente lo que se produce a continuación, o sea el movimiento que va en sentido inverso del primero: de los centros cerebrales a la periferia.

Esta segunda fase de la impresión tiene igualmente una gran importancia, ya que sin ella no hay percepción precisa y bien localizada: si por la sección de un elemento nervioso aferente se hace la sensación imposible, por la sección de un elemento eferente la localización cesa de ser posible.

Señalemos también los efectos motores especiales del movimiento centrífugo, en lo que concierne por ejemplo a las modificaciones de las funciones respiratoria y circulatoria, que pueden seguir a la sensación.

Con la sensación subconsciente o claramente consciente comienza la actividad propiamente psíquica: la percepción es también un fenómeno psíquico e incluso de orden elevado, ya que es un juicio mediante el cual afirmamos que a la sensación dada corresponde fuera de nosotros un objeto que posee una cierta calidad, que es la causa de esta sensación que experimentamos.

Los psicólogos americanos han llamado "percept" al conjunto formado por la percepción y la sensación propiamente dicha, con los recuerdos que ellas despiertan y que pueden modificarlas en bastante amplia medida.

Se necesita siempre una impresión para permitir la producción de una sensación, pero no siempre ha habido acción de un excitante exterior cuando hay impresión: el mínimo de condición fisiológica exigido por la sensación son los movimientos cerebrales. En casos como la alucinación y el sueño no hay nada más que movimientos cerebrales, como antecedentes inmediatos de la sensación.

Si se considera la impresión en los pormenores de los fenómenos que la componen, aparece como si fuese de la misma naturaleza que el excitante exterior: por ambas partes son movimientos, cambios físico-químicos, tanto en los fenómenos de los que nuestro organismo es la sede como en las acciones exteriores que se ejercen sobre nosotros. Es esta identidad de naturaleza la que nos ha permitido anteriormente considerar los fenómenos fisiológicos como si no constituyesen más que un caso particular de los fenómenos físicos.

No es siempre necesario, para que haya sensación determinada, que el excitante exterior que produce ordinariamente esta sensación entre en juego; así, mediante una misma corriente eléctrica, se puede producir, actuando sobre el nervio óptico, sensaciones visuales, actuando sobre el nervio acústico, sonidos.

Un choque violento en la cabeza produce una sensación luminosa. Esto prueba que lo que pasa en el cerebro es, si no la causa, al menos la condición inmediata de la especificidad de las sensaciones; decimos en el cerebro y no en los nervios, ya que cualquier nervio, si es suficientemente impresionable, puede conducir cualquier especie de movimiento de la periferia al cerebro.

Identidad de naturaleza de todos los fenómenos exteriores, por una parte, y de todos los fenómenos nerviosos, por otra, y finalmente de unos y otros en sus pormenores, todo ello prueba que la sensación es verdaderamente algo original con respecto a sus condiciones exteriores e interiores.

El fenómeno elemental de la impresión es el reflejo: el reflejo propiamente dicho es la actividad propia del sistema nervioso, pero la irritabilidad de la materia viva, no nerviosa, es lo análogo al reflejo, [...].

Se puede pues decir que el reflejo, extendiendo el sentido de este término, es el acto esencialmente característico de la materia viva: se presenta como una respuesta apropiada a una excitación y ofrece caracteres que no parecen explicables mediante una reducción pura y simple a fenómenos físico-químicos.

Estos son los fenómenos en los que se descompone la primera parte de la impresión, entre la periferia y los centros cerebrales inclusive, los cuales no son la causa sino que son las condiciones inmediatas de la producción en la conciencia de las sensaciones elementales, que esta misma conciencia sintetiza después para transformarlas en nuevas sensaciones, no subconscientes como las anteriores, sino claramente conscientes: estas últimas son a las que se llama más corrientemente las sensaciones.  

Traducción: Miguel Angel Aguirre
 
Capítulo VIII
LAS SENSACIONES
 
Presentación
René Guénon
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