SYMBOLOS
Revista internacional de 
Arte - Cultura - Gnosis
 
 
  [RENE GUENON]
PSICOLOGIA

Capítulo IX
NOCIONES DE PSICOFISICA
(resumen mecanografiado)

Uno de los postulados de la psico-física es que la sensación tiene una intensidad. La intensidad del excitante exterior puede tener una fijeza que no tiene, si no obstante existe, la intensidad de la sensación. De ahí la idea natural, una vez admitido el postulado, de estudiar la sensación en función de la excitación.

Weber admitió que había que buscar la intensidad de la sensación en función de la de la excitación exterior: advirtió primero que la intensidad de la sensación no es proporcional a la de la excitación y que no varía de manera continua con ésta.

La sensación tiene lo que llamamos un umbral, o sea que es necesario una cierta cantidad mínima del excitante exterior para que se produzca.

Y tiene también una cima; por encima de cierta intensidad del excitante exterior la sensación no existe, o bien se produce otra completamente diferente.

En 1834, Weber planteó la siguiente ley: "La cantidad que hay que añadir a una sensación para tener una diferencia perceptible en esta sensación no es una cantidad absoluta, sino una cantidad relativa: el crecimiento que debe engendrar una modificación apreciable en una sensación está en relación constante con la cantidad del excitante exterior al cual viene a juntarse.

En 1860, Fechner consideró las modificaciones mínimas de sensación como si debieran ser todas iguales, incluida la que consiste en pasar de sensación 0 a la sensación umbral, que representó por 1, y planteó la siguiente ley: "La sensación crece como el logaritmo de la excitación".

Fechner pretendía que los intervalos entre todas las sensaciones posibles a partir de 0 eran iguales, de manera que representando por 1, 2, 3, 4 las sensaciones experimentadas cuando se hace variar el excitante exterior, estas cifras deberían corresponder a la intensidad de estas sensaciones: por ejemplo, la sensación representada por 5 debería tener [una] intensidad igual [a] 5 veces la de la primera sensación posible, o umbral, que está representada por 1.

En realidad, estas cifras no son otra cosa más que los números de orden de todas las sensaciones posibles a partir de 0.

El error de Fechner es creer que estas cifras marcan otra cosa que el orden de las sensaciones y que corresponden a una intensidad verdadera.

Hemos dicho que los fenómenos psicológicos no son mensurables en sí mismos, de donde resulta que no puede haber intensidad de las sensaciones; en realidad no hay, entre sensaciones, sino puras diferencias cualitativas y no cuantitativas.

Sin condenar en absoluto la psico-física, es necesario pues restringir mucho el alcance de las experiencias que hacen los psico-físicos, y no esperar resultados que ellas son incapaces de suministrarnos.

Idem para la psico-fisiología, o sea para el estudio de los efectos fisiológicos de las sensaciones en su relación con esas sensaciones; algunos han querido servirse también de esos efectos fisiológicos para determinar la intensidad de las sensaciones, pero los resultados no son más concluyentes que los de los psico-físicos.

Se han ocupado también en medir la duración de ciertos hechos psicológicos, de las sensaciones en particular, como la duración de los hechos fisiológicos que preceden o acompañan a ciertos actos psicológicos.

Todas estas experiencias no deben en modo alguno hacernos admitir la posibilidad de una reducción de la psicología a la fisiología y a la física.

En realidad, se trata de tres ciencias netamente distintas, aunque sus objetos sean más o menos solidarios y puedan en cierta medida reaccionar uno sobre otro. 

Traducción: Miguel Angel Aguirre
 
Capítulo X
LA PERCEPCION
 
Presentación
René Guénon
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